Que no se nos olvide

Culminadas las últimas reformas legislativas, como algunos vaticinamos a nuestro pesar, se abre un escenario incierto en el veremos cómo acaban las amenazas de algunos recalcitrantes independentistas.

Es obligado preguntarse en qué queda aquella contundente afirmación del Presidente Sánchez en el Congreso en el mes de junio de 2021 de «no habrá referéndum de autodeterminación. Nunca, jamás», después de haberles allanado el camino para volver a las andadas tras la derogación de la sedición y la »dulcificación» de la malversación a partir del próximo 12 de enero… Para echarse a temblar.

Muy poco tranquiliza un repaso a la trayectoria del Presidente en estos últimos años, que evidencia una retahíla de cosas que, según él, no iban a pasar y finalmente han pasado; dicho en «román paladino», saltan a la vista las numerosas mentiras que ha ido encadenando y que han marcado su mandato y que, mucho me temo, seguirán marcándolo porque, nos pese lo que nos pese y a costa de lo que sea, ahí seguirá… pues, como se dice vulgarmente, «ni con agua hirviendo».

El actual Presidente del Gobierno ha demostrado en innumerables ocasiones lo poco que le cuesta ceder ante los chantajes de sus múltiples socios, ya sean los de Podemos, ya los separatistas… Unos y otros pasaron de ser «líneas rojas» cuando no gobernaba, a socios imprescindibles en el Gobierno (o para el Gobierno); de hecho, son los que le han marcado el paso y, por desgracia, los que nos lo han marcado a todos y nos lo siguen marcando.

Si piensan que exagero recuerden cuando dijo que un Gobierno de coalición con ministros de Podemos no le dejaría dormir por las noches, o cuando afirmó sin despeinarse que «ni antes ni después el PSOE va a pactar con el populismo. El final del populismo es la Venezuela de Chavez, la pobreza y las cartillas de racionamiento», ahí es nada; o aquello de que «con Bildu no vamos a pactar si quieres lo digo cinco veces, o veinte»… Está claro, una cosa es predicar y otra dar trigo… y tengo la seguridad de que este señor se entrena para hacer lo contrario de lo que dice.

A estas alturas todos sabemos ya que ha hecho y hará cualquier cosa para mantenerse en el poder, aliándose con un independentismo catalán del que al principio del mandato renegó en numerosas ocasiones y al que ahora abraza sin ningún pudor… y lo abraza a golpe de derogar la sedición y modificar la malversación a conveniencia(de ellos, claro)… lo que sea para contentar a estos angelitos y darles la oportunidad de volver a tensar la cuerda, que éstos, se lo digo yo, no escarmientan… y menos cuando saben que tienen la sartén por el mango porque quien debería pararles hará lo que haga falta con tal de amortizar el colchón de la Moncloa…que no se nos olvide.