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Es un nuevo colectivo de posicionamiento sobre la sexualidad. Su presidente soy yo y de momento solo tiene un socio, pero confío en que pronto seamos 2 o incluso más. Las siglas lo dicen todo, nuestro ideario, nuestra filosofía como grupo o colectivo ... y, lo más importante, nuestra posición sobre el sexo, sobre el sexo de los demás, se entiende. Sobre la posición en el sexo, en el de los demás, claro, tampoco entramos, allá cada cual con su Kamasutra. Como decía, este colectivo, que tiene un crecimiento potencial digno de estudio por los más importantes sociólogos (de hecho se prevén crecimientos que pueden ser del 200% de un golpe, o incluso más) nació como respuesta a las incesantes noticias en numerosos medios de comunicación sobre la sexualidad y sobre las tendencias sexuales de conocidos o menos conocidos políticos, deportistas, actores y, más recientemente, banqueros y un nutrido etcétera, en las que se detallan tendencias sexuales, gustos, aventuras y desventuras, cambios de sexo, apetencias, entradas y salidas de armarios, etc.
Por este motivo nos (me, de momento) vimos (vi) en la necesidad de proclamarnos (me) practicantes, por lo que al sexo respecta, de una nueva filosofía: MIUPTS. Es decir, Me Importa Un Pimiento Tu Sexualidad. Los practicantes del Miuptsismo nos declaramos hasta las narices (en la reunión fundacional se discutió largo y tendido sobre cambiar la P por una H e incluso -según los más radicales- por una C) de que nos cuenten la sexualidad de los demás, de que nos expliquen que tal o cual individuo es no sé qué y además es importante y manda mucho, y que ya estaba cansado de ocultar su sexualidad y ahora la proclama con dicha, alborozo y alegría a los cuatro vientos, uno de los cuales nos trae la noticia a los Miuptsistas. Algo que nos importa un bledo, precisamente por respeto absoluto e infinito de lo que cada cual hace de ombligo para abajo (no me haga entrar en más lugares de la anatomía); aclaración esta innecesaria pero que hago por si hubiera algún cerebro de menos de 2 neuronas que haga una interpretación aviesa o sesgada de lo escrito aquí como si fuera en contra de la libertad sexual.
Dicho ello esperamos que más pronto que tarde dejen de bombardearnos con estas noticias y, ya puesto a pedir, que paren también de bombardearnos con recetas (estoy tan saturado que el otro día tuve que buscar en Internet la de los huevos fritos -ya solo sé la de platos cuyo nombre ocupa más de 2 líneas-) y sus concursos; que censuren los gritos de histéricos televisivos que vocean como locos al son del regidor y el talón que les ofrecen; de contertulios que saben de todo y nunca de equivocan; de expertos en coronavirus y vacunas que han aparecido como setas en otoño lluvioso (hay quien dice que en un solo telediario en plena pandemia han llegado a salir 1.200, pero yo no he llegado a contar nunca más de 1.000); también me han dicho que han vuelto concursos de niños que cantan, pero eso me resisto a creerlo; bueno y luego deseo la paz en el mundo y todo eso.
P.D.: Como ya han empezado a mermar los días eso quiere decir que en un boleo llega el otoño y la Navidad. Así que no quiero que se me adelante un conocido comercio o que se me olvide desearle Feliz Navidad y próspero 22.
P.D.: Sí, sí, llámeme lo que quiera, pero verá cuánto tarda en llegar.
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