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León y la oportunidad de los fondos europeos

Esa gigantesca inversión se aplicará a tres pilares: transición ecológica, transición digital y reindustrialización

Miércoles, 10 de marzo 2021, 10:39

Todavía no se ha tocado fondo en la actual crisis sanitaria, pero se da por hecho que durante el verano la vacunación habrá alcanzado cifras próximas a las que proporcionarán la inmunidad de rebaño. A pesar del parón actual en determinados sectores, se trabaja para ... que haya temporada turística veraniega y comience a repuntar toda nuestra actividad productiva. Se da por hecho que los 150.000 millones de euros del Plan de Recuperación para los próximos seis años van a permitir salir de la actual situación y, más importante aún, definir para el futuro elementos decisivos de una nueva economía. Esa gigantesca inversión se aplicará a tres pilares: transición ecológica, transición digital y reindustrialización.

Cuando se debería estar reflexionando sobre cómo se aplican los fondos europeos ya se ha desatado una campaña política para desacreditar la gestión del gobierno por adelantado. En la estéril polémica se ha manipulado un informe favorable del Consejo de Estado que dice cosas tan elementales como que la agilidad en la toma de decisiones no puede estar reñida con el rigor de los controles. ¡Menos mal que el informe es favorable! En otro caso el cotorreo mediático sería insoportable. Es evidente que el gobierno va a aplicar los fondos europeos de acuerdo con los criterios fijados por la Unión Europea. No puede ser de otra manera, porque batalló para que se estableciera el programa y porque es su obligación y su responsabilidad. Lo deseable sería que el debate se produjera sobre la preferencia y conveniencia de los proyectos a fomentar durante los próximos seis años, sobre la ubicación de los mismos y sobre la actividad productiva subsiguiente.

Si Europa considera necesaria una reindustrialización, esta es más urgente en España y especialmente en León donde hemos perdido en pocos años la actividad minera y la termoeléctrica que empleaban a miles de trabajadores y sostenían comarcas enteras. Debemos esperar y exigir que la reindustrialización incentivada con fondos públicos se vuelque en esta provincia que ha sufrido una desindustrialización forzada y acelerada. Esta circunstancia tan negativa debe otorgar ahora una preferencia dentro de la comunidad autónoma para ubicar nuevas actividades industriales. Las administraciones públicas tienen mucho que decir sobre dónde y cómo se subvenciona la reindustrialización.

Por ahora, en León no se ve suficiente movimiento para conseguir un lugar destacado en la reindustrialización con el programa europeo de reconstrucción. Se trata de una oportunidad para diseñar un futuro diferente a la depresiva actualidad. Como se sabe la mayor parte de esas inversiones se aplicarán mediante la colaboración público-privada, por lo que el papel de las iniciativas empresariales y locales es fundamental. Hay quién ya se está moviendo: en Valladolid, con toda seguridad, alrededor de la industria automovilística; en Salamanca se ha proyectado un nuevo y ambicioso campus agroambiental por iniciativa de la Universidad con participación de todas las instituciones locales y del CSIC.

Respecto a León, lo único que se conoce son las iniciativas de Endesa para Cubillos del Sil y de Naturgy-Enagás para La Robla con la producción de hidrógeno verde (uno de los seis sectores estratégicos de la reindustrialización para la UE) como núcleo esencial de los proyectos, lo que asegura su financiación. Ya han sido presentados al Ministerio de Industria, pero conviene aclarar que el proyecto de Endesa en los terrenos de Compostilla es el menor (14 millones de euros) de los previstos dentro de sus antiguas centrales térmicas, muy inferior al de As Pontes (La Coruña) con 738 millones de euros de inversión. Resulta incomprensible esta diferencia habida cuenta de la ubicación y la utilización de redes de transporte eléctrico ya existentes que optimizan cualquier instalación. Es también insólito que no se aproveche la sinergia con la colindante CIUDEN para presentar proyectos conjuntos que encajarían perfectamente con cuatro de los pilares de la transición ecológica (descarbonización, uso eficiente de la energía, contaminación cero y reciclaje integral en la economía circular).

El proyecto de Naturgy y Enagás para La Robla se anuncia como la mayor planta de producción de hidrógeno verde de España (9.000 TM anuales) destinado al consumo nacional y a la exportación. La energía será de origen fotovoltaico y aunque se desconocen todavía muchos extremos, se trata sin ninguna duda de una propuesta muy seria como lo son las empresas promotoras. Constituye por ahora la principal esperanza de recibir fondos de reindustrialización y generar un ecosistema industrial novedoso y variado con diferentes tipos de empresas derivadas y auxiliares.

La ciberseguridad es una de las «seis cadenas [estratégicas] de valor» definidas por la UE como destinatarias de los fondos, lo que debería dar lugar a que INCIBE, el cluster y las empresas del sector radicadas en León presentaran un proyecto de nivel que recogiera fondos ya preasignados a tal actividad. Para asegurar que la iniciativa se ubique en la provincia, sería muy coherente que la sede del cluster estuviera en León y no en la Universidad de Valladolid como ocurre actualmente.

Es obvio que las empresas farmacéuticas y el cluster farmacéutico y biotecnológico BIOTECYL, que agrupa a las empresas leonesas del sector y centros como INBIOTEC podría y debería presentar proyectos dentro del pilar denominado «salud inteligente». La experiencia de la pandemia ha vuelto prioritaria toda inversión en este sector. El potencial de la industria farmacéutica leonesa lo necesita si quiere dar un salto y aprovechar la oportunidad histórica de los fondos Next Generation EU. Con toda seguridad esta iniciativa importantísima para León se vería facilitada si la sede del cluster se asentara aquí y no en la Perla Negra de Valladolid como está actualmente.

Dentro de la transición ecológica (Pacto Verde) hay un elemento denominado «De la granja a la mesa» destinado a reforzar una cadena alimentaria más sostenible. Podría servir para potenciar la estructura y posibilidades de Productos de León, así como servir de arrastre al desarrollo de la industria agroalimentaria autóctona.

Estos fondos europeos, o los del programa Conectar Europa, deben llegar a la Plataforma Logística Intermodal de Torneros, una infraestructura largamente demorada y que por fin ha arrancado aunque a una velocidad demasiado lenta. En cualquier caso los fondos europeos deben servir también para abaratar, agilizar y acelerar su desarrollo de acuerdo con las urgencias de León y de las empresas logísticas que han manifestado su interés por instalarse cuanto antes.

Las referidas son solo algunas de las posibilidades que encajarían con los criterios del Plan de Recuperación. Esta financiación extraordinaria se suma a los programas europeos preexistentes y a los fondos para la Transición Justa destinados a las antiguas zonas mineras de León. La oportunidad que se presenta durante los próximos seis años debe ser aprovechada si queremos frenar e invertir la dinámica de decadencia y despoblación que actualmente sufre León. Para ello, además de todas las iniciativas externas que son bienvenidas, es imprescindible que la sociedad civil leonesa, las empresas y las instituciones estén a la altura de esa oportunidad, salgan de la resignación, de la rutina y de la pasividad, también del vuelo corto y el compadreo provinciano. Puede haber más dinero disponible que nunca, pero son indispensables las ideas, la capacidad de iniciativa y organización. Ah, y, no perder más tiempo en polémicas estériles.

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