El pasado viernes me sorprendieron las palabras que el Alcalde de León dirigió a los empresarios en su incorporación a media mañana a la Asamblea General de Socios de la Empresa familiar de Castilla y León, que se celebraba en el Palacio de Congresos.
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Tras ... una disculpa por haberse incorporado tarde dijo, literalmente, que venía de hacerle reivindicaciones al Ministro Ábalos que estaba en la ciudad ese mismo día, rematando su gira por tierras leonesas. Me llamó la atención que un alcalde del PSOE, en dicho foro, dijera precisamente eso y les confieso que hasta le alabé el gusto porque León necesita muchas cosas, desde luego, y que la cabeza política que representa a todos los leoneses sea capaz de esgrimirlas cada vez que tenga oportunidad de ello, está francamente bien.
Por ese motivo, y si esa oportunidad no se la brindan en su propia Casa, como parece que pasó porque, en palabras del Alcalde, el Ministro no quiso visitar el Consistorio leonés -lo que, por decirlo finamente, es una auténtica descortesía- pues, hale, a calzárselo en el primer momento que se pueda, y si es en público y arropado por nuestra muralla leonesa, mejor que mejor.
Y digo mejor que mejor porque evidencia lo que todos sospechamos hace tiempo, que este alcalde no les gusta a los de su partido y que, por ese motivo, le hacen todos los feos que pueden, sin reparar que con ello hacen los mismos feos a León y a los leoneses lo que, estoy segura, tendrá consecuencias para uno, y para otros.
Al primero le granjea la simpatía de una ciudadanía muy cansada de políticos paniaguados y palmeros que tragan carros y carretas con tal de salir en la foto, harta de «cuñadismos» y servilismos que solo abonan los intereses particulares y muy poco los generales del común de los leoneses.
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Para esa ciudadanía, con independencia de su color político, José Antonio se ha convertido en un valiente que pone el dedo en la llaga y «reivindica» peticiones en las que coincidimos todos y que, aunque no son atribuibles solo a este Ministro- eso hay que reconocerlo- en estos momentos le toca aguantarlas, porque le va en el cargo capear el chaparrón y dar respuesta a unas peticiones que, una tras otra, identifican los grandes incumplimientos de los que se queja el Alcalde con toda la razón, poniendo voz a todos los leoneses.
Los otros, los que maltratan al Alcalde, es decir, su propio partido en la provincia y los de Madrid condicionados por éstos, se convierten en personajes non gratos para los leoneses que, como en Fuenteovejuna, «todos a una», no estamos dispuestos a que vapuleen ni amenacen a nuestro Regidor.
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Porque no sé a ustedes, pero a mí me parece el colmo, el matonismo que se gasta el llamado «entorno del Ministro» y, en concreto, un tal Koldo, que se permite perseguir al Alcalde hasta su coche oficial para advertirle, según recoge la prensa literalmente: «Todavía me quedan tres años para joderte»
Sin entrar en el optimismo del susodicho Koldo con lo de que les quedan tres años- cuestión que dejo para otra columna- resulta cuando menos insólito que un asesor, sobre el que mi olfato me dice que mejor no indagar dada la ordinariez del episodio «protocolario», lleve a cabo un comportamiento de esa calaña que, además, ha rubricado el Ministro por no haberle cesado de forma fulminante, ya que, ante lo acaecido, no cabe ninguna otra opción razonable.
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Y es que, no contento con arremeter así contra el Alcalde, Koldo apeló a la condición de Secretario de Organización del Partido Socialista del Ministro, exigiéndole por ello respeto y sumisión.
Qué terrible forma de entender la política la de éste y otros muchos Koldos que equivocan la lealtad con la sumisión no siendo capaces de entender que un alcalde se debe a sus ciudadanos, le hayan votado o no, porque es el único de poner el adecuado altavoz a sus justas reivindicaciones. Olé por ello, José Antonio, te has ganado la simpatía de muchos de nosotros.
El remate del esperpento es la excusa desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana aclarando que en ningún caso se abroncó a nuestro Alcalde por sus peticiones, sino por su forma de llevarlas a cabo reconociendo que el amigo Koldo «afeó al alcalde su comportamiento, pero no sus reivindicaciones»….afeó, dicen, menudo eufemismo….
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En fin, el dilema está servido porque o José Antonio aprende a «genuflexar» adecuadamente ante cualquier Ministro de Sánchez que venga a prometer dislates a León, lo que, en mi opinión, le garantizaría un oscuro futuro político, o sigue en sus trece reivindicando desde la lealtad institucional y política- aunque el iracundo Koldo no lo entienda- todo lo que nos hace falta. Yo lo tendría clarísimo y, parafraseando al renombrado Koldo- perdonen el exabrupto- veremos quien jode a quien.
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