Opinión

Auge reaccionario: rivalidades futboleras y territorios enfrentados

La previa del derbi viene marcada por insultos, descalificaciones y odio de unos pocos pese a que la inmensa mayoría de la afición solo quiera pasar un buen día por la ciudad leonesa

Jorge Aller García

Sábado, 26 de octubre 2024, 13:26

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El enfrentamiento en redes que hay entre ciertos sectores de ambas aficiones, y alguno que se cuela por ahí para vomitar su odio a los del otro lado del Manzanal, es sumamente irracional. La previa viene cargada de insultos a la identidad berciana, al pasado minero del Bierzo, al tamaño de las diversas ciudades llamándose aldea, o incluso menosprecios con aspectos geográficos como llamar mesetarios a los leoneses. Una ristra de generalidades, disparates, incongruencias y absurdeces lamentables.

Todo esto aunque a priori parezca algo minoritario y anecdótico no lo es tanto e influye fuera de lo que ocurre en el mundo del fútbol. Nos podría hacer gracia verlo desde fuera, y tener una actitud de que es cosa de los 4 nazis de la Cultu, pero es totalmente necesario criticarlo como manifestación reaccionaria, porque se entrevén ciertos conflictos políticos y territoriales de fondo y también porque participan de ello jóvenes y sectores de izquierda y progresistas.

Son los sectores más jóvenes de ambas aficiones los que recogen este conflicto de identidades, no muy antiguo por otra parte entre Ponferrada y la ciudad de León, para llevarlo al propio mundo futbolero como delirio colectivo que tanto atrae desde hace más de 100 años; identitarismo, esencialismo, falsa comunidad, y rivalidad, todo ello mezclado con un poco de alcohol y violencia. ¿Qué puede salir mal? Así es el mundo del futbol tomado por empresarios millonarios y que a la clase trabajadora tantas alegrías y penas nos da. Todo el mundo estará de acuerdo en que el fútbol va mucho mas allá de que dos equipos intenten meter un balón dentro de una portería. El futbol es un espacio donde se vuelca lo que nos atraviesa colectivamente, otro escenario que existe en la sociedad. Ejemplo de ello es que sea una de las esferas donde el fascismo encuentra un nicho muy importante para atraer a jóvenes y expandirse, haciendo de los estadios su fuerte donde difundir ideas nacionalistas, racistas, autoritarias e incluso obtener recursos económicos, como pasa con Orgullo Cazurro ante el beneplácito del club.

Conflictos entre ciudades y territorios siempre fueron frecuentes. Rivalidades y rencillas entre pueblos que separan, al igual que el racismo divide al proletariado. A la clase dominante siempre le interesó que arremetieras contra el de al lado antes que te entendieras con él.

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Que vieras en tu vecino, a otro, a un extraño, diferente y ajeno con el que no compartes los mismos intereses. Que le veas como un rival con el cual pelear y no llegar a encuentros y entendimientos. Es curioso que hoy aunque vivamos en una sociedad donde nos dirigimos a la desaparición de fronteras culturales y eliminación aparentes de diferencias, menos las de clase que aumentan constantemente, no hace más que de nuevo aumentar las tensiones y enfrentamientos por cuestiones identitarias. Sociedad atomizada de la incomunicación, de la paranoia, miedo al otro y arrastrada por un capitalismo en declive. En plena crisis se deshumaniza y se vierten bulos sobre los migrantes, se difunde odio a los sectores mas pobres del proletariado, o se ve como contrincante al vecino del territorio de al lado por ver quien se queda con la última migaja en forma de industria super contaminante. En cambio, no se ve como enemigo al empresario que nos explota en curros de mierda, al casero que nos ahoga todos los meses al subir otra vez el alquiler, al youtuber reaccionario que escupe datos falsos sobre la violencia machista o al político profesional que vende armas al estado de Israel mientras habla de parar el genocidio en Palestina. Incluso grandes capas de la sociedad y de la clase trabajadora hacen suya la defensa de los intereses de empresarios, especuladores, rentistas o defienden directamente los discursos fascistas. Estamos en pleno auge reaccionario y debemos combatirlo.

«Estás buscando a los malos en el lado equivocado» CGPP

Puede parecer una exageración, pero que la rivalidad entre dos territorios en declive como El Bierzo y León atravesada por las riñas futboleras, acusaciones de ser los responsables de la desgracia propia, pugna por migajas en forma de subvenciones, enfrentamientos identitarios y rencillas personalistas…etc es un síntoma de un problema mucho mayor; de cómo en la sociedad capitalista y entre nuestra clase expecialmente reina la desorientación y el desconocimiento de que los intereses de las clases dominantes y el capital, son los que realmente determinan lo que sucede a falta de que el proletariado no tenga el poder, desconocimiento de a que se destina la riqueza social creada e ignorancia de porque se da de forma desigual el desarrollo de los territorios bajo la dictadura capitalista.

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Si queremos transformar el presente desde nuestros territorios debemos crear una alternativa independiente, romper con esa visión sesgada reproducida por la cultura burguesa que nos ahoga y separa, que impide ver nuestros propios territorios como espacios ricos en rasgos propios y únicos, pero a la par llenos de similitudes, dependencias, lazos y encuentros con otros. Quitarnos ese velo que lo cubre todo, y que nos impide salir del chovinismo, esencialismo y nacionalismo.

Ante el empobrecimiento, empeoramiento de nuestras condiciones de vida, ataque a nuestros derechos y libertades políticas, tambores de guerra, crisis ecológica, despoblación o precariedad laboral en nuestros territorios, debemos organizar el socialismo en todos los territorios, el único capaz de respetar las riquezas de los territorios, romper el desarrollo desigual que produce el capitalismo y su fragmentación. Porque a falta del mismo solo nos queda la barbarie y la derrota.

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