Borrar

Inocentada en Castilla y León

La inocentada fue doble para esta provincia, el mismo día de la convocatoria electoral, Mañueco celebró aquí un mitin triunfal donde proclamó: «quiero seguir liderando la transformación de León»

Miércoles, 29 de diciembre 2021, 10:14

El final de año en nuestra comunidad autónoma viene revestido de convocatoria electoral. Aunque se rumoreaba desde hace meses, el adelanto es tan injustificado que ha constituido toda una inocentada para el socio minoritario del gobierno autonómico (Ciudadanos) y para los electores en su conjunto. ... Pero antes de entrar en ese estrambótico epílogo decidido por la dirección nacional del PP, procede hacer un somero resumen del año que ahora acaba.

El año 2021 siguió marcado en todo el mundo por la pandemia de covid- 19 y sus secuelas sanitarias, sociales y económicas. También ha sido el año del éxito científico con la creación de varias vacunas diferentes en un tiempo record y el éxito industrial de la fabricación de una cifra de millones de esas vacunas que hace muy pocos años hubiera parecido imposible. La distribución de las vacunas ha sido tan desigual como lo es el reparto de la riqueza en el mundo o la existencia de estados incapaces de proporcionar los servicios más elementales a sus poblaciones. En los últimos días hemos conocido que .Nigeria, rico estado petrolero, está destruyendo millones de vacunas a punto de caducar porque su casi inexistente administración sanitaria ha sido incapaz de distribuirlas en tiempo y forma. A otros países (o más bien zonas aisladas) ni siquiera han llegado las vacunas donadas por millones dentro del programa COVAX de la OMS.

Lo que ha resultado una gran sorpresa es la cantidad de negacionistas que han renunciado a vacunarse en el mundo desarrollado, como Estado Unidos o determinados zonas de la Unión Europea entre las que se incluyen algunos lander alemanes. Esta gente sigue poniendo en peligro la salud de cada persona con la que se relaciona, además de la propia. La gran mayoría de los enfermos graves en la sexta ola en España son individuos no vacunados. Afortunadamente los españoles, después de los portugueses, han sido los europeos que mejor han respondido y se ha alcanzado más un 90% de inmunizados entre la población convocada, sin necesidad de ninguna medida coercitiva. Un problema menos en este país, donde la extravagante deriva del T. C. hubiera podido considerar ese tipo de medidas como atentatorias contra la libertad individual de transmitir infecciones, salvo estado de excepción por medio (según su doctrina más reciente). En cualquier caso, si en lugar de declarar la vacunación obligatoria hubiera debido recurrirse (como en Estados Unidos) a pagar 100 dólares al vacunado reticente, podría ser, también aquí, más constitucional, pero sería profundamente injusto e inmoral.

Mientras la mayoría de los ciudadanos respondían a los retos de la pandemia con un espíritu sereno y de superación, una parte de los representantes políticos se dedicaba a predicar y practicar los peores ejemplos ante la adversidad sobrevenida. Las derechas y sus apéndices mediáticos siguieron considerando la pandemia una ocasión para derribar al gobierno de Sánchez en lugar de una calamidad ante la que se debía arrimar el hombro por el bien común. Las derechas en España ahora exhiben sin pudor la falta de poso democrático que antes disimulaban: Pablo Casado ha continuado con sus desvaríos semanales en el Congreso de los Diputados, aprovechando cualquier declaración pública para marcar distancias con la realidad y la necesidad de los españoles. Su problema deriva de que habiendo perdido ya dos elecciones contra Pedro Sánchez, solo le queda una oportunidad, y eso le ha llevado a convertir esta legislatura en un ejercicio de histerismo parlamentario.

Por otro lado, la desmesura de su grosero discurso tiene efectos colaterales muy negativos para el clima general, pero también para el PP. Sobre todo porque engorda las expectativas electorales de Vox que ha encontrado en Casado el mejor portavoz y difusor de su ideología. Pero lo que le ha «desequilibrado» por completo es la aparición de la deslealtad y la indisciplina en sus propias filas, personificadas en Díaz Ayuso, la presidenta madrileña que practica con su líder las mismas actitudes que Casado exhibe con el Gobierno a diario. Por detrás de la burda retórica antisanchista lo que hace Ayuso sin descanso es disputar ya la futura sucesión en la presidencia del PP con su antitético Feijoo.

En cualquier caso, los pronósticos falaces de Casado se han visto condenados a caer en el ridículo más penoso: España es de los países europeos que mejor está sobrellevando la pandemia y tiene una de las mejores cifras de vacunación; está teniendo una importante recuperación económica (a pesar de la sexta ola) con una histórica caída del desempleo. España ha sido el primer país en conseguir la aprobación de los fondos europeos y ya van 19.000 millones en 2021, a pesar de las zancadillas y las intoxicaciones permanentes en Bruselas y en los medios de la derecha. El colmo de sus pesares ha sido que empresarios y sindicatos hayan pactado con el gobierno la reforma de la reforma laboral, tras intentar sabotear el acuerdo con presiones y amenazas variadas. Afortunadamente la polarización política artificial no ha llegado a cuajar en polarización social como pretendía la derecha. Para acabar de rematar su gafe, el PP se lanzó a una campaña de desprestigio contra Nadia Calviño con el resultado de su elección para la presidencia del Comité monetario y financiero internacional del FMI, tras ser propuesta por unanimidad de todos los ministros europeos de economía. La ceguera del PP y todos sus corifeos darían trabajo a una legión de oculistas durante muchos años.

La desesperación de Casado por la continuidad del gobierno (a pesar de todas las circunstancias adversas, incluyendo el volcán de La Palma) y la necesidad de algún éxito personal que atenúe su extrema debilidad, le ha llevado a forzar un adelanto electoral en Castilla y León. Alfonso F. Mañueco se ha plegado a las órdenes de su jefe político, ha postergado las necesidades de la comunidad autónoma, ha interpretado un inverosímil paripé, ha convocado elecciones y ha optado por Vox como nuevo aliado de futuro. Para ello le ha practicado a Ciudadanos una inocentada por adelantado que deja en evidencia, en la forma y en el fondo, la catadura del PP como socio político.

La inocentada fue doble para esta provincia, el mismo día de la convocatoria electoral, Mañueco celebró aquí un mitin triunfal donde proclamó: «quiero seguir liderando la transformación de León». Transformación que, entre otras cosas, ha consistido en perder 4.733 habitantes (1,4%) en 2020, 4.630 en 2019 y 3.745 en 2018. Como Mañueco continúe en el gobierno autonómico, en breve de León solo quedará el rabo.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias Inocentada en Castilla y León