Reconozco que esta semana no voy a ser original y seguramente coincidiré en temática con muchos de los opinadores de este periódico, por referirme a la más que esperada- y aún con ello repentina- crisis gubernamental que se ha consumado este mismo lunes con la ... toma de posesión de los nuevos Ministros. Porque si nos hacemos eco de lo que dijo Sánchez un par de días antes, no era una prioridad… Su respuesta concreta ante las preguntas de los periodistas en su viaje a Lituania fue: «la prioridad es la recuperación y la vacunación y nada que añadir al respecto». Y es que este Presidente del Gobierno no dice la verdad ni aunque lo ensaye.
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No sé si habrán visto una foto que rula por las redes sociales que a mí me hace mucha gracia y que es un ejemplo del infinito ingenio que se gasta la peña en este País (ay, si además lo usara bien…) En ella se ve a Sánchez sujetando un pez de considerable tamaño, una perca creo, a la que acompaña la leyenda: Repetid conmigo: «esto es una gallina»… en fin, pues eso.
Volviendo al tema. Pues menos mal que no era una prioridad, porque no ha dejado títere con cabeza, tanto que alguno de los ceses me ha generado un cierto nivel de solidaridad y una especie de empatía- de penilla, vamos- por alguno de los susodichos cesados como nunca me había pasado antes. Me explico.
Lo primero que me llamó la atención, ante la rumorología del sábado por la mañana acerca de la crisis de gobierno, es que solo se hablaba de los Ministros del PSOE- con razón andaban nerviosos los pobres- por lo que parecía que el Presidente del Gobierno iba a centrar la escabechina en sus propias huestes, lo cual no deja de resultar una rareza. Más aún, una auténtica anomalía democrática que solo se explica por las ansias que tiene este señor de mantenerse en el poder a toda costa, ansias que le obligan a tragarse el sapo que le impone Yolanda Diaz, su flamante Vicepresidenta de Podemos que, aprovechando su posición privilegiada, blinda a sujetos como Garzón, al que el propio Sánchez desacreditó hace pocos días por las sandeces que había dicho respecto a la ingesta de carne, o al ínclito Castells que ni está ni se le espera, y que cada vez que abre la boca «sube el pan» (que de que se suba la luz ya se preocupan todos de forma colegiada).
Así que habrá que buscar otro nombre a este mal llamado «Gobierno de coalición» porque de coalición nada, que aquí uno manda y otro obedece, y de eso depende la estabilidad y la continuidad. Y el que manda es UNIDAS PODEMOS, por lo que se hace lo que PODEMOS quiere porque si no, no hay apoyo, y si no hay apoyo hay que convocar elecciones, que es lo único que Sánchez quiere evitar a toda costa para seguir con el momio, aunque nos lleve a todos por delante. Y así estamos.
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Con carácter general resulta feo que venda la remodelación gubernamental como un «impulso» al Ejecutivo para la recuperación económica y social lo que, en contrapartida, le da un sesgo de inutilidad al Gobierno saliente en la medida que parece que lo único que ha hecho es gestionar la pandemia y con resultados más que cuestionables a la vista del premio al que se han hecho acreedores los Ministros cesantes por sus esfuerzos.
Y que alguien pueda pensar que a los ciudadanos nos tranquiliza saber que los fondos europeos y la recuperación quedan en manos de un Gobierno, en palabras de su Presidente, rejuvenecido, con mayor peso de mujeres y con «perfiles experimentados» en política local y trato cercano con la gente…. En mi opinión, cuando no se puede ofrecer competencia y profesionalidad se suele vender humo.
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Pues bien, como les decía los ceses inopinados de Ministros y otros adláteres me han generado una cierta empatía hacia algunos de ellos que por lealtad, o conveniencia, han vendido su alma al diablo sin tener en cuenta que el diablo de la única conveniencia de la que entiende es de la suya propia, y que es de todo menos leal. Veamos caso por caso ordenándoles por su cercanía a su implacable «cesador».
A mi colega de profesión, Carmen Calvo, adalid del Ejecutivo en los últimos tres años y baluarte político del Gobierno como Vicepresidenta Primera, en su comparecencia ante los medios hace unos días, en su viaje a Lituania, Sánchez la vendió literalmente cuando al preguntársele explícitamente por su continuidad, esquivó pronunciarse al respecto, lo que, sin duda, fue una forma sibilina de desautorizarla. Estaba más que claro.
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Imagino que el arranque de lucidez que tuvo la Vicepresidenta respecto a la Ley Trans, resistiéndose a aceptar la autodeterminación de género -lo que valió para ser tachada de tránsfoba en la manifestación del Orgullo LGTBi- tuvo mucho que ver en su salida del Gobierno, este mal llamado «Gobierno de coalición» en el que no se deben cuestionar los caprichos de los podemitas, en este caso, de la Ministra Montero, no sea que se enfaden y den al traste con la continuidad de Sánchez.
Y qué decir de la mano que mecía la cuna, el flamante Director de su Gabinete, Iván Redondo, al que los mentideros acusaban de diseñar la política monclovita y que estaba dispuesto «a tirarse por un barranco» por Sánchez- vaya empujón- lo que, añadido el batacazo de las elecciones madrileñas de las que se ha convertido en chivo expiatorio, le ha valido para salir del Ejecutivo sin una mínima palabra de despedida por parte del que fue su jefe. Alucinante.
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¿Y lo de Ábalos? Muñidor de las relaciones entre Gobierno y Partido, «hombre para todo de Sánchez», verdadero peso pesado en el Ejecutivo y al que parecen haber invitado a dejar también sus responsabilidades orgánicas…. cuando menos es una paradoja que los tres años que le quedaban a Koldo para joder a nuestro alcalde se le hayan quedado en nada. Menuda caída.
Respecto a la ya Ex-Ministra de Exteriores, González Laya, en algún sitio he leído que el Gobierno marroquí se está carcajeando, y eso por no hablar de Juan Carlos Campos, Ex-Ministro de Justicia y defensor a ultranza de la mayor barbaridad que se ha hecho en este mandato, los indultos. Su acérrima adhesión a este capricho presidencial le ha acabado achicharrando.
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La marcha de Celáa estaba cantada- y bien mirado, subía en exceso la edad media de ese Gobierno que es tan importante rejuvenecer- y el resto de los ceses afectan a Ministros de poco recorrido -por más que alguno haya llegado al espacio sideral- porque han estado prácticamente desaparecidos y poco se les va a echar de menos, caso de Pedro Duque o Rodríguez Uribes, al que, además le deja sin ir a Tokio. Ahora que, estamos de enhorabuena, porque le sustituye en su responsabilidad Miquel Iceta, hasta ahora encargado sin mucha fortuna de la interlocución con las Comunidades Autónomas como Titular de Política Territorial. Visto su curriculum, atribuirle en el nuevo Ejecutivo el Ministerio de Cultura y Deporte es todo un «acierto»- otro más-. Nadie negará que le va como anillo al dedo y que es un espaldarazo a la cultura de este País. Imagino que la «agenda del reencuentro» con los socios independentistas quiere llevarla el «amado líder» en persona, imbuido de la necesaria «valentía y generosidad» que decía la pobre Carmen Calvo. Aunque bien mirado también podría haber sido peor porque habiendo indultado a Junqueras, lo raro es que no le haya nombrado Ministro.
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