Estrategias de descrédito

El día 29 del pasado mes de marzo conocimos una noticia sorprendente: León figura como la cuarta urbe española en el índice Happy City 2023 del Instituto para la Calidad de Vida, que se elabora en Londres y en el que solo hay cinco ciudades de nuestro país. Las otras ciudades españolas son Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia. A primera vista llama la atención que aparezca León junto a cuatro grandes urbes, pero si se lee detenidamente la web del organismo (happy-city-index.com) ya choca menos porque su clasificación está encabezada por medianas ciudades nórdicas y australianas. Los expertos que elaboran dicho índice puntúan cuatro áreas: ciudadanos, gobernanza, medio ambiente, economía y movilidad. Según su propia descripción, el Instituto para la Calidad de Vida «monitorea, analiza y realiza investigaciones en áreas relacionadas con la toma de decisiones en las comunidades, la creación de políticas sociales, la implementación de servicios públicos y la efectividad para responder a los nuevos desafíos y crisis que acompañan a las comunidades en desarrollo».

Mercería la pena, si hubiera buena fe, profundizar en los criterios que enuncia y puntúa esa clasificación porque se aprende mucho más de la mirada ajena y distante que de los prejuicios e intereses políticos inmediatos. Estudiar ese índice debería servir para debatir el proyecto de ciudad que presenta cada partido político, en el caso de que lo tenga ¡claro! Además ayudaría a que la campaña electoral no se convierta en una colección de tiquismiquis paletos y anécdotas personales sin sustancia política

Si ya fue sorprendente la aparición de León en este índice, todavía lo fue más la ocultación y el silencio de responsables políticos, de algunos medios de comunicación y de los opinadores que a diario se desgañitan en una competición por encontrar motivos de descrédito para la ciudad. Ya sabemos que estamos en precampaña electoral (casi permanente) y que, siguiendo los peores ejemplos de polarización, hay un sector político y mediático que no duda en desprestigiar a León, si entiende que con ello podría restar opciones al alcalde José Antonio Díez que, por cierto, algo tendrá que ver con la posición de León en Happy City 2023.

Estos agoreros locales imitan lo que hace a diario el PP nacional en Bruselas respecto al gobierno de Pedro Sánchez: exhibir mezquindad e irresponsabilidad siguiendo la vieja doctrina Montoro del «que se hunda España». En el último episodio referido al Coto Doñana han batido todos los records de bochorno institucional. Se trata de una actitud miserable que sigue sin reconocer la excelente gestión gubernamental de la pandemia, de la crisis económica subsiguiente, de la creación de los fondos Next Generation o del creciente protagonismo  internacional de España, incluso con la guerra de Ucrania por medio. Exactamente lo contrario de lo que han hecho la Comisión Europea y los organismos internacionales competentes que han avalado la respuesta del Gobierno a los sucesivos imprevistos de los últimos tres años.

No están de suerte esta temporada los detractores profesionales de la capital leonesa porque también los lectores de National Geographic han proclamado por votación a León como mejor destino urbano de España en 2023. Precisamente este pasado 25 de abril el alcalde, José Antonio Díez, recibió en Madrid, en nombre de la ciudad, esa distinción que se le otorga por considerarla «una de las ciudades de imprescindible visita en España por su patrimonio histórico y su vida cultural (…) por la mejora continua de la propuesta turística de la ciudad, la innovación y la excelencia en los servicios lo que permite a los viajeros disfrutar de experiencias únicas». National Geographic es la revista de viajes más leída en el mundo y, en consecuencia, ese reconocimiento a León tiene un enorme valor publicitario. Se trata de un espaldarazo y una oportunidad para potenciar el turismo, que se ha convertido ya en una de nuestras principales actividades económicas un año después de finalizada la pandemia. Pues bien, una parte de los medios de comunicación y de los comentaristas ocultaron cuidadosamente la noticia del galardón y siguieron con sus cantinelas y matracas diarias intentando contradecir abiertamente los méritos que enumera la revista norteamericana. Así se han hecho eco de un muy publicitado informe que minusvalora el crecimiento turístico de León contra la evidencia que se puede contemplar a diario en las calles de nuestra ciudad, especialmente en vacaciones, puentes y fines de semana. O como se demuestra por la continua apertura de establecimientos hoteleros en el casco histórico. Por lo visto en campaña electoral tampoco conviene que vengan turistas y parece claro que la intención de algunos es espantarlos. Sin embargo, esta es una realidad que no se puede ocultar. Por el contrario, estamos a punto de entrar en la fase de atender los problemas colaterales que pronto se presentarán como resultado del éxito turístico, si no se toman medidas a tiempo.

Los referidos son solo dos ejemplos de que en León algunos son campeones en tirar piedras sobre nuestro propio tejado aunque a ratos saquen pecho por los asuntos más estrambóticos. Es la demostración de que tienen muy vivo el espíritu de «la ciudad raposa» como la definió el poeta y alma de Claraboya, Agustín Delgado.