Parece que hay políticos en León que tienen una visión profundamente conspirativa y a la vez enormemente prevaricativa de cómo tienen que tomarse las decisiones que afectan a la universidad. Eso es ponérselo fácil a la Junta, como pone de manifiesto la posición (hábil) mantenida ... por su Presidente en el pleno de las Cortes de Castilla y León al respecto. Este invento de que el mapa de titulaciones universitarias es una suerte de capricho de los políticos es fácilmente rebatible por quien, como Mañueco, algo sabe de política después de tantos años de experiencia parlamentaria, que aprovechó para meterles un repaso a los de «basta la voluntad política», recordándoles que para poner nuevas titulaciones hay que cumplir las exigencias legales. Si la política tiene que hacerse con el principio de legalidad, es que la oposición no se curra sus iniciativas adecuadamente.
Publicidad
A esos aprendices de la improvisación para los que todo vale y las cosas se resuelven por arte de ensalmo, ¿no les dice nada cómo se expresan los responsables universitarios? ¿No han reparado en que esos proyectos, si se quiere que de verdad se pongan en marcha y no sean solo un argumentario político para el debate de un día que al siguiente cae en el olvido, requieren trabajo académico, proyecto consensuado y cumplir las previsiones de la norma con unas memorias de verificación de los títulos que no pasarán el filtro político, sino el de la calidad académica?
La respuesta de la Junta -de su presidente, porque igual la de otros responsables se hubiese enzarzado en balbuceos burocráticos en lugar de una respuesta política y un compromiso institucional-, ha dejado descolocados a algunos que estaban calentando motores para protestas y manifestaciones, desde los partidos en precampaña municipal o desde algún imperecedero responsable colegial. Vamos que el cierre de las térmicas, la carestía de la vida, la pérdida de empleo, el declive económico, que nos dejen sin trenes, que no se hagan las autovías y el precio de la luz no son motivos para protestar al gobierno sanchista, pero ya habían descolgado precipitadamente el teléfono para quedar para una manifa por la facultad.
¿Hemos de fiarnos solo de unas palabras en un pleno? No; hay que trabajar preparando un proyecto sólido y potente para que a las agencias de calidad que vean la memoria resuelvan que supera todos los requisitos académicos para su implantación, pero me da la impresión de que es innecesario recordar esto al Rector, que ha estado siempre en ello desde el primer momento en que adelantó la voluntad leonesa de llegar a contar con una Facultad de Medicina.
¿Integran políticos las comisiones que analizarán el cumplimiento de esas exigencias? Pues no, me temo que tendrán que vérselas con profesores universitarios con dilatada experiencia en la enseñanza de la Medicina. ¿Qué van a analizar, la voluntad política, el arreón partidista, el interés a corto plazo para las elecciones? Pues tampoco. Como sucede cada vez que se quiere implantar un nuevo título, se verán las instalaciones, y las dotaciones materiales para la impartición de las clases -y en el caso de Medicina también para la práctica clínica-, y la propuesta académica del plan de estudios y, también, aunque esto les importe un bledo a los defensores de la bronca estéril, el profesorado con que cuenta la Universidad de León para impartir el título. Y aquí viene un problema tan gordo como yo. Porque ni con toda la voluntad política del mundo, ni por mucho que se ponga a tiro el presidente de la Junta -que como presidente del PP querrá facilitar también a su formación la vida para la precampaña eterna en que estamos-, ni aunque mañana estuviesen consignados en el presupuesto treinta millones de euros para cometer las inversiones, se resuelve en el corto plazo el problema del profesorado.
Publicidad
¿Cómo que hay que ver cómo se hace para que los médicos sean profesores en la futura Facultad de Medicina de León? Faltaría más, de la misma forma que los de Derecho, de Veterinaria, de Educación, de Ingenierías, de Historia, de Economía, de Enfermería, de Fisioterapia y así hasta agotar las titulaciones de la ULE: en una proporción mayoritaria haciéndose una tesis doctoral, investigando, haciendo estancias fuera, publicando, dando clase… y acreditándose como todo hijo de vecino. ¿O es que los médicos son de mejor condición que el resto de los pringados que tenemos que seguir ese itinerario?
Porque si algún político está pensando en la salida fácil de convertir porque sí, gratuita y discrecionalmente -quizás mejor caciquilmente- a los médicos en profesores sin más, hay que recordar no solo que académicamente es inaceptable, sino que legalmente es imposible tener una facultad solo de profesores asociados. Por favor, que se eche cuenta del tiempo que eso implica y de los pasos que hay que dar para tener médicos acreditados para dar clase en León antes de seguir haciendo el ridículo y haciendo creer que todo es voluntad política a la gente, que no tiene por qué saber cuáles son las exigencias legales para contar con profesores, pero los políticos sí, que para eso cobran cada vez que van a las Cortes a soltar sus soluciones mágicas.
Publicidad
Facultad de Medicina sí, porque no se va a llegar a la tasa de reposición de jubilados, apoyo al rector en su proyecto sí, dejar trabajar al equipo rectoral en el proyecto y la memoria sí, saber que es tan necesario como lento el proceso, también. ¿Alguno de los genios que cree que todo es cuestión de voluntad política sabe cuántos médicos del hospital de León están hoy acreditados para ser profesores? A ver si no van a llegar a dos (literalmente). ¿Sabe cuántos años se tardan en tener un profesor acreditado? Dejen a los que saben de la gestión universitaria trabajar para que quienes deciden no tengan más remedio que autorizar nuestra Facultad y financiarla, pero no improvisen ni simplifiquen, que ahí siempre les ganará la Junta.
Dos apuntes finales. Uno, reparen en que Mañueco apoyará cualquier petición de las Universidades públicas. Luego no vale llorar si otras piden titulaciones que se imparten en León, porque como aquí, si cumplen los requisitos, sin atajos, pero también sin impedimentos discrecionales, habrá que concedérselas. Dos, ya escribí aquí una vez que este Rector tiene una idea homogénea de desarrollo territorial de la ULE. Esto es, con un campus principal en Vegazana y otro en Ponferrada. Apúntenlo cuando haya que facilitar la enseñanza de la medicina. Porque estoy hasta las narices de que quienes le reprochan centralismo a Valladolid, hagan lo mismo para cualquier zona de esta provincia que no sea la capital.
Publicidad
¿Es verdad que cuando se ha trabajado para que el curso próximo se cuente en un campus especializado en Ciencias de la Salud como el de Ponferrada con una nueva titulación de Nutrición y Dietética hay quien ha querido desde León, esto es, desde dentro, sabotearlo para que se lo quiten a Ponferrada y se centralice en León? Pues sí. Estoy seguro de que los verdaderos leonesistas querrán un desarrollo armónico de toda la provincia, pero mientras callen, los leonesistas de pacotilla, todo para León, nada para la provincia. Con esos antecedentes, como para dar lecciones.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.