Ya sé que cuando pedimos más infraestructuras, más subvenciones y más empleo no nos escuchan mucho. Pero me asalta otro matiz de la pregunta, ¿interesamos usted y yo al Pegasus? ¿Nos escuchan cuando hablamos de nuestras cosas? ¿Monitorizan desde Boecillo a los peligrosos indepes que ... piden en León autonomía para la provincia? ¿Controlan desde Ferraz a los nuevos afiliados del PSOE leonés a ver en qué líos internos se entretienen, como controlaban desde la Génova del viejo PP a los que tenían que regularizar sus cuotas? ¿Me escuchan a mi cuando me quejo de mi suegra porque con mi mujer y mi hija no me atrevo? ¿Me espían cara-corner y Cerezo para saber que estoy del cholismo hasta donde mi aparato reproductor no llega?¿Sabe ya Florentino que estoy dispuesto a pasar a la clandestinidad y el enfrentamiento armado para boicotear el pasillo que quieren que le hagamos al Madrid ese que no nos hizo pasillo cuando ganamos la liga de 2014?¿Se van a filtrar en El Bierzo mis audios poniendo a escurrir el botillo y prefiriendo la morcilla de León? ¿Van a desvelarse mis compras online de hamburguesas mientras le digo a mi mujer que estoy a verduritas y ensaladas? ¿Sabe el CNI que estoy dispuesto a declararle la guerra a Sudáfrica por el pasaporte del bobo que nos ha dejado sin mundial de rugby? ¿Sabe usted que me lee que lo mismo le pasa a usted? Vivo sin vivir en mi. Y sin vivir en mi teléfono.
Ahora, eso sí, en León nos pillan más preparados que en Moncloa. Aquí hay gente que ni por teléfono ni en persona cuenta la verdad ni al médico, pero resulta que lo hacen como servicio patriótico para evitar que nos espíen los de fuera. Aquí Ni Geri ni Rubi hubiera caído como los jetas y desahogados que son de verdad. Aquí se ha inventado una jerga especial para que no te pillen en renuncio alguno. Torneros= fábula; aeropuerto=fantasma; afiliados de partidos=tesoro de Tutankamon; mesa por León=más allá; movilización sindical= ya si eso esperamos a otro gobierno; AVE al Bierzo=realismo mágico; León-Valladolid=vuelva usted mañana; Emperador=espectro. Y así hasta el infinito y más allá.
Yo, que ya vi conversaciones mías aireadas en el periódico poniendo a caldo a algún compañero de partido, estoy perfeccionando un vocabulario propio para cuando salgan mis grabaciones: espárragos trigueros=torrijas; crema de endivias=nicanores; ensaladita liviana=natillas.
En León nos pilla más preparados porque en nuestra Universidad tenemos dos másteres de ciberseguridad, desde los que se viene advirtiendo desde hace tiempo que Putin es peor que Martín Villa y que airear intimidades en el teléfono es suicida. Tenemos el Incibe, joya que hay que mimar a la vista del desahogo del personal contando con total desparpajo a sus colegas lo que cuando se desvela te deja como un pringado y te quieres tragar las palabras que con tanta desenvoltura y gracejo hacían reír a tus interlocutores. Que si voy a cerrar la valla de Melilla, que si tengo un primo que conoce a un cuñado que conoce al que compra las mascarillas en el Ayuntamiento, que si un compi de francachela gubernamental es maricón -que parece ser jerga de la fiscalía como nombre en clave para otros ministros-, que si nos llevamos una pasta por organizar el corro de lucha leonesa de Riaño en Arabia Saudita. Lo normal. No vas a contar que bajas a comprar cuarto y mitad de chuletas de Sajonia.
El profesor Díaz y García-Conlledo, que lo mismo te resuelve una apelación deportiva que imparte sabiduría en Colombia a golpe de insomnio, me propuso hace un tiempo una tesis sobre los delitos de ciberespionaje que afecte a la seguridad y la defensa nacionales. Como carezco de su capacidad prospectiva, es decir, de creer lo que no se ve, yo siempre pensé que eso era un entretenimiento académico que no se produciría en la vida real, sino en las pelis de 007. La realidad, como casi siempre, se obstina en darnos lecciones y ahora resulta que con el Pegasus, esa genialidad que pagamos todos los españoles para espiar a los malos, se escucha a nuestras autoridades. Y se revela absolutamente insuficiente toda previsión para perseguir esos delitos en España. Nos enteramos cuando espían al presidente del gobierno y la ministra de Defensa. A mi la segunda me cae bastante mejor que el primero, y no solo por la cosa de la afinidad territorial, pero creo pertenecer a un país serio que impide esas prácticas y persigue a los delincuentes. A ver si va a resultar que eran marroquís y ahora espías y espiado están a partir un piñón. Mientras tanto, ustedes no se fíen, porque ¿nos escuchan en León?
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.