Tengo la imaginación justa para pasar el día. O para emborronar columnas, que viene a ser lo mismo. Como justificación a un talento escaso que no da para novela, siempre me amparo en el consejo que recibe Jo March en 'Mujercitas': escribe sobre lo que ... conoces. Y lo que conozco me vale para unas trescientas palabras.

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Los que tienen imaginación no necesitan de la experiencia para darle a la tecla: Agatha Christie se convirtió en la autora de novela negra más leída de la historia sin tener que cargarse a nadie. Otras, en cambio, llevan las cosas al extremo: Nancy Crampton Brophy, una escritora norteamericana con pinta de abuelita encantadora, ha sido condenada por darle matarile a su santo para hacerse con el dinero de los seguros. Lo bueno es que en 2011 había publicado en su blog un texto titulado 'Cómo matar a tu marido'. Entre otras cosas, en el post recomendaba a las esposas con instintos criminales que fueran «muy inteligentes». No ha sido su caso: consejos vendo que para mí no tengo. Crampton mató a su marido con un arma adquirida por internet, y alega en su defensa que la compró para tener inspiración a la hora de escribir sus novelas. Acabáramos. Es como si yo me lío con Michael Fassbender porque necesito material literario. Claro, que eso sería ciencia-ficción.

Tampoco hay que interpretar a un asesino para serlo: Luis Lorenzo y su mujer, ambos actores, han sido acusados de envenenar a la tía de ella para quedarse con la herencia. Mira, al final han sido protagonistas de algo. Para hablar del caso, en 'Sálvame' hicieron una puesta en escena que era un fantasía. Parece que tras la 'Sálvame Fashion Week' han recuperado fuelle. A estos no hay asesino que se los cargue. Afortunadamente.

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