Empacho de encuestas

A ver si pasa pronto el 13F, porque me niego a creer que los leoneses seamos tan indecisos como dicen las encuestas

Eduardo Fernández

León

Miércoles, 9 de febrero 2022, 10:40

A ver si pasa pronto el 13F, porque me niego a creer que los leoneses seamos tan indecisos como dicen las encuestas. Es verdad que hay días que me sorprendo a mí mismo anclado en una duda existencial entre mantecada y hojaldre. Astorga me confunde. ... Pero no creo que confunda a todo el mundo la papeleta a la que echar mano el próximo domingo, que no será nada comparada con la papeleta que tengan por delante quienes deban ahormar una mayoría suficiente en los próximos años en las Cortes de Castilla y León.

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Saben ustedes que este humilde y muchas veces disperso opinador estudió Ciencias Políticas, lo que me ha permitido colegiarme como politólogo y sentirme unido a la casta intelectual de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero. Era mi ilusión cuando me matriculé de esa carrera. Razón por la cual seguramente ustedes acertarán mucho más en su análisis del comportamiento electoral leonés próximo, guiados solo por el tino del sentido común que yo, que todavía no he conseguido olvidar el librote de la asignatura Comportamiento electoral. En realidad, la política y los propios electores han cambiado tanto en apenas diez años que no es que, como diría el clásico Alfonso Guerra, no los reconozca ni la madre que los parió, sino que -lo que es peor- no se sabe en qué va a terminar tanto cambio. Lo que sé es que ninguna de aquellas antiguas seguridades vale hoy: que se puede cambiar el voto de partido, pero no de bloque ideológico; que el recuerdo de voto condiciona enormemente el nuevo voto; que el voto útil por bloques ideológicos de derecha a izquierda termina en los días previos a las elecciones llevando al redil a los díscolos de cada partido; o que una campaña electoral apenas mueve el 10% de los votos y el resto estaba decidido antes de la convocatoria. Vayan ustedes a saber si queda algo de esto hoy.

En mi tesis doctoral le dediqué alguna atención a los tratados políticos que hacía Baltasar Gracián. A pesar de sus muchos consejos para gobernar bien, el pobre ha pasado a la historia solo por una frasecilla que dejó escrita en el Oráculo manual y arte de prudencia de 1647: «lo bueno si breve, dos veces bueno». Así que voy a intentar acortarles mis opiniones sobre las encuestas, no porque yo crea que es bueno lo que pueda opinar, que atendiendo a su buen juicio puede importarles lo mismo que el precio de los aguacates en Botswana, sino porque aunque sea errado -sin h, con ella algunos de los candidatos del domingo-, también mejor breve, pues, en puridad, la frase Gracián continuaba «y aún lo malo, si poco, no tan malo».

1. Estoy hasta las gonadillas de los que hablan del empate técnico sin tener la más mínima idea de qué va el asunto. Primero que vean el error muestral y luego que entiendan que cuando las cosas están así de ajustadas y con este nivel de indecisos (o de gente que no le cuanta a la mano izquierda lo que hace la mano derecha) el porcentaje de lo que no se sabe supera el de la diferencia entre el primero y el segundo. Esta semana he visto encuestas de León con un porcentaje de indecisos mayor que el del voto al partido más votado, imagínense. Es el paso de la demoscopia a la adivinación. Mejor que molestar a los votantes con encuestas por teléfono, pronosticar un 28 % de indecisos por el vuelo de las aves o los posos del té.

2. De los genios que en la campaña del PP esparcieron la especie de que era bueno estar en la mayoría absoluta. Se lo pueden comer el domingo por la noche si una parte del electorado tradicional de este partido -gente mayor porque entre la menuda Vox le ha arrebatado el entusiasmo juvenil de los que basar su voto en los afectos y no en la reflexión- se queda en casa, porque total, si Mañueco ya va a gobernar, para qué molestarse en ir a votar.

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3. De los genios que en el CIS retuercen las encuestas creyendo que no entendemos nada leyendo la ficha técnica, para que parezca que el PSOE no lo tiene todo perdido, a ver si así se animan los suyos al voto útil de la izquierda. Merecen el oprobio profesional. Una cosa es cocinar las encuestas y otra envenenarlas. Me apunto que siguen insistiendo en que el PSOE va a ser el más votado (y miren lo que he dicho antes del recuerdo del voto pasado). Después de que opinaran que Gabilondo iba por delante de Ayuso, supongo que en las sedes del PP no pueden con el miedito a las encuestas del CIS.

4. A ver si así cada bloque cree que puede ganar y se movilizan los suyos, porque no es lo mismo legitimarse cuando mucha gente va a las urnas, que cuando estas muestran el hartazgo y la desafección del personal.

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5. De los que opinan sin considerar cómo opera el sistema D'Hont como el más mayoritario de los proporcionales junto con una barrera como la que hay, en condiciones de participación media o alta, con circunscripciones pequeñas y nueve restos que se juegan en nada, uno por cada provincia. Si la participación es alta esa barrera dejará fuera a los partidos minoritarios o dificultará que saquen varios escaños, aunque en un reparto directo los tuvieran, cosa que en las encuestas no calculan, pero que en el ayuntamiento de León ya dejó fuera a algún partido por no superar el 5%.

6. De la estupidez de la España vaciada, porque no está vaciada, sino que es el hogar de gente mayor, que vive dispersa, que han dedicado su vida a traernos hasta aquí y a no dejar morir sus pueblos. Y que tienen las mismas necesidades que los de ciudad; así que León está envejecido, con dispersión, con pérdida de población, con malos políticos o con falta de oportunidades, pero no vaciado, ni de gente, ni de expectativas, ni desgraciadamente de problemas. Solo un señorito de ciudad mira a las zonas rurales y cree que están vaciadas.

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Pues hala, a pasar los días hasta las elecciones.

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