Doce claves para identificar la dependencia emocional en la pareja

1.La relación supone una lucha y un esfuerzo continuo. Cuando una relación funciona tenemos la sensación de que es fácil, de que fluye. Si tenemos que luchar, malo.

2.Tiene miedo a que la relación se termine porque siente que necesita a esa persona. Cuando una relación funciona no siente que necesite a esa persona, sino que la elige de manera consciente. Sabe que podría estar sin ella, pero prefiere estar con ella porque le suma y le hace crecer como persona. En cambio, cuando siente que la necesita, porque le aterra estar solo o porque cree que sin ella no podría seguir adelante, está eligiendo desde el miedo. Cuando no se siente libre para dejar a alguien, a pesar de darse cuenta de que ni le suma ni le hace crecer, es señal de que hay dependencia.

3.Quiere que la otra persona cambie. En una relación sana acepta al otro como es. Y si para usted es imprescindible que esa persona sea de una determinada manera y no es así, se va.

4.No siente que sea importante para el otro. En una relación de pareja sana cada uno se siente importante para el otro, apoyado y respetado por él o por ella. Siente que es su amigo/a y que nunca le haría daño. Y si no lo siente así se va, no continúa con la relación.

5.Necesita estar con esa persona todo el tiempo posible. En una relación sana cada uno tiene su espacio y a la vez comparten espacios comunes que les acercan y les fortalecen. Pero no lo hacen desde la necesidad o la obligación, sino desde una elección placentera.

6.Tolera determinadas actitudes porque «quiere demasiado» a su pareja. Un amor sano no sabe de muchos o pocos. O se ama o no se ama. Por eso, si siente que ama demasiado y que por eso permite ciertas conductas al otro, es muy probable que haya dependencia emocional.

7.Sufre en la relación. En el amor sano no hay sufrimiento. Al contrario, hay paz, serenidad, tranquilidad y alegría. Lo bueno supera con creces a lo malo y se siente bien en la relación.

8.Duda de lo que siente por esa persona, o ella duda de lo que siente por usted. En una relación sana ambos tienen claro lo que sienten y si quieren estar con esa persona o no. Por eso, cuando hay momentos en los que uno de los dos piensa que esa no es la persona o la relación que quiere, pero sigue ahí, diciéndose que tampoco está tan mal o que ya mejorará, es una señal de que hay dependencia. En una relación sana puede haber épocas mejores y peores, pero no hasta el punto de preguntarse si es la persona adecuada.

9.Siente que da más que recibe. En una relación sana los dos dan y reciben a partes iguales. Sienten que hay un equilibrio y que cada uno recibe del otro lo que necesita.

10.La comunicación falla. Cuando la relación es sana cada uno puede hablar abiertamente de lo que sea, siente que el otro le comprende y que juntos llegan a un acuerdo. El tema se cierra y no se repiten las mismas discusiones una y otra vez.

11.No puede ser usted mismo en la relación. En una relación sana ninguno de los dos tiene que renunciar a ser como es, ni cambiar, ni esforzarse para conseguir que la otra persona le quiera. Cada uno siente que su pareja le quiere como es, con sus virtudes y sus defectos, y ninguno espera que el otro cambie.

12.Los conflictos desgastan la relación. En una relación sana los conflictos no alejan a la pareja, sino que la unen y la hacen más fuerte. Puede haber desacuerdos, pero los hablan de una manera respetuosa y eso hace que se acerquen más. Y si en algún momento tienen un conflicto que no saben resolver, seguirán creyendo en la pareja y pedirán ayuda.