La pandemia aún no se ha ido, pero Putin ya ha llegado para recrudecer la crisis mundial. Ha intentado una guerra relámpago, violando la integridad territorial de un Estado y asesinando sin escrúpulos a población civil. Por intentar destruir un país, acabará un día, sin ... duda, ante un tribunal.
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Sin embargo, Putin no solo ha atacado a Ucrania. Ha atacado a toda Europa. Su objetivo es controlar el espacio del antiguo imperio soviético, y las democracias occidentales somos su principal enemigo. Amenaza a Finlandia y Suecia, mientras los países bálticos siguen en su punto de mira. Con la retórica más nacionalista y la práctica más belicosa, Putin es hoy una amenaza mortal al orden liberal internacional. Esta guerra puede cambiar definitivamente nuestro mundo. Así pues, es mejor no endulzar los escenarios futuros, porque debemos estar preparados.
De hecho, el mundo hace tiempo que está cambiando. Putin lleva años preparando el terreno y no solo para el avance de sus tanques, sino también para que sus perniciosas ideas actúen como virus devastadores en Occidente. Más allá del ataque convencional, con soldados y armas, estamos ante una guerra híbrida. Esta son los ciberataques a sitios oficiales o las campañas de desinformación.
En este sentido, los países occidentales también hemos sido atacados directamente. Y, lo que es peor, Putin ha encontrado aliados en los extremos del arco ideológico y en los separatismos para socavar los pilares de nuestras democracias desde su propio interior.
Los españoles lo sabemos bien. Ha sido suficientemente acreditado el intento de desestabilizar nuestra sociedad con fake news al servicio del separatismo catalán. Por ello, el Parlamento Europeo ha instado a la Comisión Europea a investigar más profundamente los vínculos del régimen de Putin con representantes de un grupo de separatistas catalanes liderados por Puigdemont. También hemos visto cómo miembros del gobierno de España, ante la invasión de Ucrania, llaman a manifestarse en contra de la OTAN, es decir, a favor de despejar el camino al tirano ruso.
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Putin teme la fortaleza de las democracias y la unión de los europeos. Frente a todos estos ataques, Europa ha reaccionado. Ha reaccionado con una rapidez histórica. Los países europeos están dotando de material militar a unos ucranianos valientemente liderados por Volodímir Zelensky. La Unión Europea está impulsando unas sanciones comerciales y económicas que, aunque también nos perjudicarán a nosotros mismos, desestabilizarán a un régimen con grandes flaquezas como el ruso.
Putin tiene armas y materias primas, pero su población no tiene libertad ni prosperidad. La sociedad rusa no quería una guerra y estoy convencida de que serán más, con el paso del tiempo, quienes se lo hagan saber. Aceleremos, pues, el final de la agresión de Putin, pensando en todas las familias ucranianas que hoy, como en la II Guerra Mundial, están viviendo en los túneles del metro para escapar de los bombardeos. Aceleremos el final de la guerra pensando también en la defensa de todos los principios que sustentan la civilización europea.
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Ucrania no está sola. Los europeos estamos recibiendo con los brazos abiertos a los hijos y a las madres ucranianas y apoyando a todos los héroes que luchan contra el autoritarismo y a favor de la libertad de todos.
Además, desde la Comisión de Lucha contra el Cáncer del Parlamento Europeo, hemos coordinado una iniciativa para enviar medicamentos a Ucrania, trasladar a los niños con cáncer a hospitales europeos a través de corredores seguros y garantizar la financiación de los tratamientos. En España ya estamos recibiendo a niños ucranianos con cáncer para que puedan continuar con sus tratamientos.
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Europa no va a quedarse de brazos cruzados. Hemos aprendido la lección de la historia. El apaciguamiento no sirve para parar los pies a un tirano. Es Putin el que no ha calculado bien en su ilegal e injusta ofensiva. Los ucranianos luchan cada día por resistir y la Rusia de Putin se va a quedar aislada. Los europeos vamos a estar más unidos, la OTAN, más fuerte y la relación Transatlántica reforzada, como ha quedado patente en la reunión del Consejo Europeo y en la Cumbre Extraordinaria de la OTAN en Bruselas la semana pasada con la presencia del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Hemos reafirmado la importancia de trabajar conjuntamente para preservar la paz mundial. El futuro inmediato no será resplandeciente, pero nuestras democracias prevalecerán.
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