El día 23, día de la autonomía castellana, recordaba que hace casi dos años, el señor Luis Mariano Santos escribió un simpático artículo con buen tono y forma, respondiéndome a otro que, pasado el tiempo, he de reconocer que no fue tan afortunado como creí ... entonces.
Aunque en dicha opinión manifesté mi apoyo a la moción leonesista, para lograr la autonomía frente a las garras castellanas, no fui todo lo ocurrente que podía. En su respuesta, el líder de la UPL, recordaba mi pasado en «las verdes praderas» y, me atrevería a decir, adivinaba mi futuro mejor que servidor. En su locución latina «excusatio non petita», inculpándome como víctima de un ataque nunca recibido, el autor fue benevolente, e incluso familiar.
Sin embargo, hay otro líder político en León menos intuitivo, pero más obvio. El señor Javier Santiago Vélez, que aunque no reconoce que su vinculación con su primo Nicanor Sen Vélez sea perjudicial para los intereses de Cistierna, donde antepone sus intereses familiares a los políticos, sí reconoce que yo «hacía campaña para otros partidos».
Él, aún no presidenciable, diez minutos antes de la celebración del pleno ordinario y telemático donde, un día de enero, se debatía la aprobación de la moción autonomista en el Ayuntamiento de Cistierna, me aconsejaba ir en línea con la votación de su primo: desechar los intereses de León frente al interés de los Vélez. Por jerarquía tiránica obedecí e incumplí la palabra dada en aquel desafortunado artículo del 4 de septiembre.
Utilizando otra locución latina, he de reconocer doblemente el mea culpa. Su buena voluntad de reconocer mi error, va a ir acompañada de mi buena voluntad de admitir y explicar el error.
Entre grabaciones comprometidas y pugnas internas, durante las elecciones generales del 10 de noviembre, el candidato popular Javier Santiago Vélez vio como Génova intentaba requisar unas papeletas que él había encargado a una imprenta. La intención de estas papeletas era que sólo figurara la X en el nombre de Vélez para que, con ello, superara en votos a Antonio Silván. Eso fue publico y salió en Leonoticias. Lo que no ha salido en medios hasta esta semana, es mi implicación en ese tema. Ha sido Javier Santiago Vélez el que justificó mi salida del PP «por hacer campaña para otros partidos».
Obviando que mi salida del PP se debió a que me negué a ponerme de perfil con las irregularidades de su primo Nicanor, sí he de confesar que hice, al menos indirectamente, campaña por VOX.
Las papeletas al Senado por VOX llevaban solo una X, ya que este partido con vocación nacional y de consenso, consideró que era más importante una mayoría senatorial junto a PP y Ciudadanos, que duplicar sus representantes en alguna provincia.
¿Y dónde entra mi «campaña por VOX»? Pues en este punto. Ya que estuve 4 años afiliado, tenía relación con casi todas las personas de la Ejecutiva provincial. Por ello, a petición de Javier Santiago Vélez, les solicite papeletas con la intención de que él pudiera poner su X en respuesta a la dificultad inicial que tenía para ganar al cabeza de lista. Evidentemente, aunque alguno pudiera haberlo deducido sabiendo mi implicación en la campaña de Vélez, nadie de VOX fue informado de estas intenciones.
¿La historia es muy simple? Así es. El jueves antes de las elecciones, nos pusimos camino a Almanza con las papeletas de VOX en el maletero. Cuando llegamos a casa de la madre de Vélez, nos recibió ella y su hijo. Nos dispusimos a tachar el cuadro de Javier Santiago Vélez en las mismas papeletas que estaba tachado el cuadro de Carlos Pollán. Y entre Vélez y yo, las repartimos.
Qué Javier Santiago Vélez, un hombre que no tiene partido ni amigos y cuya única ambición es ser presidente de la Diputación, me acuse de hacer campaña por otro partido, cuando en realidad lo hicimos todo por él, es tan irónico como que acusase a cualquier líder municipal del PP de las afiliaciones irregulares, ¿quién es el principal beneficiado? ¿por quién se hizo todo en las campañas? ¿cómo es posible que descubra las cartas de los que le ayudamos a ganar?
Las afiliaciones irregulares, descubiertas por este medio durante estos días pasados, significan la implicación del Vélez de Almanza en otra irregularidad más. Espero no tener que salir a defenderme en prensa de esta tropelía porque él me delate a mi o a algún compañero, ya que evidentemente el que lideraba este interés fue él, que quería ganar la presidencia orgánica provincial al líder municipal de Villaquilambre; con tantas trampas como anteriormente quiso ganar al cabeza de lista del Senado, Antonio Silván.
Los que participamos activamente en que lograra sus desmedidas ambiciones a lo largo de estos dos años, podemos asegurar que la falta de escrúpulos es la que orquesta cada acto de Vélez: este señor que se atreve a atacar a antiguos colaboradores, ha llegado lejos porque en cada carrera es capaz de ir demasiado lejos para conseguir sus objetivos. Y evidentemente ni antes, ni durante, ni después es capaz de mostrar la mínima ética, moral ni empatía.
Por último, quiero agradecer a Javier Santiago Vélez que publique mi «campaña por otros partidos» y me permita responderle que él ha hecho más campaña por el PSOE en Cistierna y por VOX en la provincia, que por el Partido Popular.
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