La ciudadanía y la UE

Cabe destacar que, a pesar de la incertidumbre en el panorama europeo debido, especialmente, a la guerra rusa a Ucrania y a los efectos económicos que está teniendo sobre la sociedad europea, los resultados del eurobarómetro presentan un aumento de la satisfacción con las instituciones. De hecho, es posible ver cómo la confianza en la Unión Europea se encuentra en torno al 50%, con datos similares al año 2008, es decir, antes de la crisis económica. Al mismo tiempo también ha incrementado la imagen positiva de la Unión cercana al 50% y similar a 2009. Igualmente cabe señalar que esta imagen es mucho más positiva que la depositada en los panoramas e instituciones nacionales.

La agresión rusa a Ucrania, que comenzó el pasado 24 de febrero, está teniendo consecuencias directas en la Unión Europea, sus Estados miembro y sus ciudadanos. Por ello, la UE ha adoptado una serie de sanciones (agrupadas en siete paquetes) en respuesta a esta agresión, al tiempo que se han aprobado medidas para paliar los efectos que esta agresión está teniendo sobre la economía. Esto ha llevado a que más de la mitad de los ciudadanos, casi el 60%, se muestren conformes con la respuesta de la UE ante este nuevo reto, siendo Portugal, pese a su lejanía del conflicto, el Estado miembro más satisfecho con las medidas; y Grecia el que menos.

De todas las acciones puestas en marcha por la Unión Europea las que mayor apoyo han recibido son las relacionadas con la ayuda humanitaria (apoyadas por más del 90% de la población), la ayuda económica a Ucrania (casi el 80%) y casi en la misma proporción apoya las sanciones adoptadas contra Rusia. Sin embargo, en relación con la ayuda militar de la UE a Ucrania el apoyo es bastante menor, no llega al 70%.

En cuanto a las consecuencias directas de la guerra y al apoyo de la Unión Europea a Ucrania a través de los siete paquetes de sanciones, podemos afirmar que casi el 90% de la ciudadanía europea se muestra de acuerdo con todas las medidas destinadas al fortalecimiento de la inversión en energías renovables para reducir, al mismo tiempo, la dependencia energética de Rusia, y la disminución del consumo e importación de energías no renovables. Los ciudadanos se han mostrado de acuerdo, aunque en un porcentaje menor (en torno al 80%), en la reducción del consumo del gas acordado por los Estados miembro.

La posición de España a este respecto está, en la mayor parte de los casos, por encima de la media europea como puede ser, por ejemplo, en el apoyo a la ayuda humanitaria o a la política de acogida a refugiados ucranianos y en la adopción de las sanciones a Rusia. Sin embargo, España está por debajo de la media europea en lo que respecta a la satisfacción respecto a la respuesta europea, solo lo hace un 52% de los españoles y donde casi un 10% de los encuestados no se posicionó a este respecto.

En este sentido, la percepción de los españoles respecto a la UE ha aumentado ligeramente, aunque es parecida a la media europea, pero continuado por debajo en lo que se refiere a la existencia de una imagen positiva de la UE, compartida solo por el 44% de los españoles. El futuro de Europa para el 65% de los europeos es un escenario optimista, recuperando los niveles alcanzados hace dos décadas, en el año 2007, previo a la crisis económica que deterioró la imagen y el futuro de la UE. En España el 71% de los ciudadanos comparte esta visión positiva del futuro de la UE.

Por todo ello podemos concluir que la percepción de la ciudadanía europea tiene una mayor confianza en las instituciones europeas que hace seis meses, a pesar de los nuevos retos y desafíos como pueden ser los económicos y energéticos; así como la preocupación por la guerra de agresión rusa a Ucrania, en donde existe una inquietud inmediata que, a diferencia de lo que se podría pensar 'a priori', esta no ha supuesto un deterioro de la imagen de las instituciones, sino todo lo contrario, un impulso que permite la existencia de un apoyo a las medidas y las sanciones europeas al respecto.