En agradecimiento a los compañeros

En la prisión de Mansilla de las Mulas se empieza a sentir la Semana Santa cuando aparecen a principio de año, o incluso antes, los hermanos de la cofradía del Santo Cristo del Perdón buscando una o unas personas que cumplan las condiciones necesarias para ser indultados, en la procesión del martes ante el Locus Apellationis (lugar de apelación). Es curioso, siempre entran con alegría en la cárcel. Y es comprensible por su misión, liberar a un cautivo, ¡qué frase!, y es cierto, los funcionarios de prisiones siempre que ponemos a un preso en libertad, da igual el comportamiento que haya tenido, sentimos algo especial y deberíamos ser envidiados, pues es raro el día que no ponemos a una persona en libertad.

Esta cofradía indultó al primer preso en León en 1965, al año siguiente de su fundación. Por motivos legales, en 1972 se suspendió este acto, recuperándose en 1998.

Desde el Centro Penitenciario siempre se ha colaborado, también con el ayuntamiento de Mansilla de las Mulas, con la participación de internos en diferentes actividades de la Semana Santa. Con la Cofradía del Santo Cristo del Perdón, con episodios en los que no se consiguió el indulto por diferentes motivos, como este año en el que se acudió a la figura de la libertad condicional, concedida el mismo día de la procesión.

Aún hay una relación más rocambolesca, si cabe, de la Semana Santa leonesa con Instituciones Penitenciarias. Y es el viaje de una talla de un cristo, a principios de los 90, en la baca de un coche desde la prisión de Nanclares a la ciudad de León, donde fue restaurada y procesionó por primera vez en 1993, convirtiéndose en el paso titular de la Cofradía de Nuestro Señor Jesús de la Redención. Esta talla esta fechada en 1570 y atribuida al imaginero Juan de Anchieta. Y cuando Instituciones Penitenciarias, dos años después, acudieron a recuperarla, no solo no se la llevaron, sino que cedieron otra talla procedente de la antigua capilla de la prisión de Alcalá de Henares, Nuestro Padre Jesús de la Misericordia, atribuido a Luisa Roldán, y que también procesiona el Domingo de Ramos por la tarde.

Como en la vida, siempre hay contrastes. En la misma mañana del martes nos habíamos concentrado a las puertas de la prisión en señal de repulsa a la salvaje agresión sufrida por una compañera el viernes pasado. De esta forma se demandaba a la Secretaría General que impulse de una vez por todas las medidas correctoras necesarias para evitar la deriva de esta administración, el abandono y criminalización de sus trabajadores.