Buscándole tres pies a Torneros

Se ha dado un paso definitivo, y prácticamente sin retorno, en la consecución de la infraestructura que será uno de los pilares del futuro económico de León. Tras seis años de ostracismo político y año y medio de intenso trabajo en León y Madrid, Torneros despega.

Sin embargo, este es el momento elegido por algunos para seguir sembrando reticencias y desconfianza. Solo unos días antes del anuncio de licitación, el Consejero de Fomento manifestaba dudas sobre la intermodalidad del proyecto. Pues bien, la respuesta la tiene ya en el DOUE: por supuesto que la plataforma va a ser intermodal como lo indica su propio nombre y como el ministro de Fomento, José Luís Ábalos, comprometió sin reservas. En consecuencia, también habrá en Torneros terminal ferroviaria de mercancías, pero esa parte le corresponde ejecutarla en su momento a ADIF cuando lo estime oportuno y conveniente. Ahora se licita la urbanización de los terrenos destinados a la instalación de empresas. Este es el orden lógico de las cosas porque sería delirante comenzar por tender vías ferroviarias para un descampado.

Por lo que se refiere a la parte ferroviaria de la plataforma, es muy pertinente el recordatorio hecho por ADIF sobre la lamentable disolución de la Sociedad León Alta Velocidad 2003 SL, acordada en 2012 por la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de León e impuesta al resto de los socios. Aquella sociedad se creó, como otras similares en las ciudades con grandes modificaciones ferroviarias, para coordinar, facilitar y agilizar las gestiones jurídicas, urbanísticas y financieras que implicaban a varias administraciones y empresas públicas. Estaba compuesta por el Ministerio de Fomento, la Junta de Castilla y León, los ayuntamientos de León y San Andrés del Rabanedo, RENFE y ADIF. Tenía como objetivo, entre otros, el desarrollo de la actuación ferroviaria de Torneros. En el año 2012, ya con el PP en el gobierno, la sociedad fue disuelta a instancias de la Junta de Castilla y León (aprovechando la sumisión de los ayuntamientos implicados) porque matando el instrumento operativo, creían que sepultaban sus objetivos. La excusa fue la crisis económica, pero lo cierto es que no se disolvió la Sociedad Valladolid Alta Velocidad que ha seguido operando hasta ahora en beneficio de los proyectos de esa ciudad, especialmente de la ampliación y traslado de los grandes y modernos talleres ferroviarios. Pues bien, como recuerda ADIF ahora, con la disolución de León Alta Velocidad nos han hecho perder siete años en el desarrollo de Torneros y otros proyectos conectados como el traslado de la estación de clasificación y de los talleres de RENFE.

De todas formas, hay que felicitarse por el repentino interés de la Junta de Castilla y León en la plataforma logística de Torneros. Después de años de mirar para otro lado, hacer oídos sordos e inventar una excusa tras otra para que el gobierno de Rajoy se olvidara de esa infraestructura clave para la reindustrialización de León, ahora la requiere integral y con urgencia. Los que llevamos años trabajando para ponerla en marcha (junto con el Centro de Regulación y Control del AVE del noroeste- CRC ) somos testigos de cómo se ha ninguneado el proyecto de Torneros. Pero además, durante los últimos tiempos, hemos podido conocer por información directa de empresarios, cómo se les disuadía en la Junta de Castilla y León cuando preguntaban por el proyecto. De la misma manera, mientras gobernó el PP, SEPES respondía a todos los interesados que no estaba entre sus planes iniciar las obras de la plataforma logística. Simultáneamente, muchos en León se ponían de perfil para no reclamar su ejecución porque molestaba a lo planificado por el gobierno autonómico. Otros, en cambio, como los colegios profesionales (COLPROLEÓN) no dudaron en defender un proyecto vital para la provincia. Durante estos años se han perdido deliberadamente las subvenciones de tres convocatorias del programa comunitario CONECTAR EUROPA que podrían haber alcanzado el 40% de los costes de la infraestructura.

Personalmente, cuando era senador en la anterior legislatura, recibí hasta seis respuestas por escrito del Ministerio de Fomento descartando la construcción de Torneros o derivando la responsabilidad a la Junta de Castilla y León. En algunas de ellas se afirmaba que, según un Convenio firmado con el Ministerio el 16 de octubre de 2016, la Junta debía realizar «estudios de encaje territorial y urbanístico, estudios de mercado y estudios de viabilidad técnica y económica» previos a cualquier decisión sobre la plataforma. Ya sabemos que esos estudios no se hicieron, ni siquiera se encargaron. Eran la coartada para seguir sin hacer nada porque Torneros nunca le encajó territorialmente a Valladolid donde ya sabemos que pasan los consejeros pero siguen las mismas políticas. Lo mismo le ocurrió al CRC: estuvo bloqueado sin argumentos sólidos hasta que nuevamente llegó el PSOE al gobierno y decidió dar continuidad a una inversión de más de 12 millones de euros en el edificio de León. Pronto estará instalado el videowal y será plenamente operativo

La Junta debe dejar de buscar tres pies a Torneros. Está a tiempo de colaborar lealmente con el desarrollo de la infraestructura. Sabemos que los ayuntamientos de Vega de Infanzones y Onzonilla han mostrado el máximo interés en agilizar su desarrollo para albergar docenas de empresas y miles de puestos de trabajo en sus términos municipales. La plataforma de Torneros-Grulleros consolidará indiscutiblemente a León como el centro logístico del noroeste ibérico, lo que atraerá muchas más empresas y actividades. El objetivo es que en 2021 se avance en las obras de urbanización de los terrenos para cumplir con las expectativas de las empresas demandantes (representadas por LEONLOG) que quieren estar plenamente instaladas y operativas entre 2023 y principios de 2024.

La Plataforma Logística Intermodal de Torneros-Grulleros está en marcha. Eso se debe al compromiso de los gobiernos socialistas de J.L. R. Zapatero y Pedro Sánchez, se debe a la profesionalidad del actual equipo directivo de SEPES, se debe al interés manifiesto del grupo de empresas leonesas agrupadas en el cluster LEONLOG, dispuestas a ocupar cerca de la mitad de los terrenos, y se debe a los que siempre creímos y luchamos por un proyecto clave para León, manteniéndolo vivo contra viento y marea mientras otros lo intentaban enterrar. Finalmente ha quedado claro que no hacían falta más estudios para ponerlo en marcha, solo voluntad política.