Secciones
Servicios
Destacamos
Habrá que explicar a los más jóvenes brevemente el argumento de la película de Berlanga «Bienvenido Míster Marshall». Años 50 del siglo XX. Villar del Río es un pequeño pueblo en el que nunca pasa nada. Hasta que el día en que ... llegan la cantante folclórica Carmen Vargas y su representante, el alcalde (Pepe Isbert) ecibe la noticia de la inminente visita de un comité del Plan Marshall (proyecto económico americano para la reconstrucción de Europa tras la II Guerra Mundial). Esto provoca un gran revuelo en ese pueblo a la espera de que los americanos inunden de millones la maltrecha economía del lugar, por lo que les preparan un recibimiento por todo lo alto. Hasta que llegan los americanos, una caravana de coches que pasa a toda velocidad por la calle principal del pueblo sin ni siquiera pararse. Y la cara de las gentes del pueblo queda hecha un poema, volviendo a sus rutinas y a su pobreza.
No me quiero poner melodramático, ni mucho menos, porque a León no vaya a venir el Centro Europeo de Ciberseguridad, para el que muchas personas tenían preparados sus discursos para antes, durante y para después, tanto si sí como si no. Simplemente nos debe de servir para volver a reflexionar sobre que algo que ya nos ha pasado anteriormente en España e incluso en León. También para los más jóvenes habrá que explicarles lo que fue Biomédica (años 90, ¿se acuerda?), una inversión multimillonaria (también de americanos, manda callar) con cientos de puestos de trabajo, terrenos y puesta de la primera piedra que se quedó… en eso, en una piedra.
Y parece que no nos entra en la cabeza, que siempre estamos pensando y esperando en que vengan los Reyes Magos, Papá Noel o Juan Tamariz, el mago, para hacernos aparecer un conejo de la chistera en forma de millones de inversión y puestos de trabajo para repartir. Nadie renuncia, es una perogrullada, a que se instalen o vengan empresas de distinta índole a León, pero no nos queremos dar cuenta que la solución principal tiene que venir de nosotros mismos, que nosotros somos los que tenemos que poner en marcha nuestras propias soluciones a nuestros propios problemas, con industrias, empresas, fábricas, sectores agropecuarios, biotecnológicos, farmacológicos, o lo que sea, pero nosotros. Si además vienen los Reyes Magos fantástico, pero si no vienen, cosa que ha ocurrido una y otra vez, no nos quedaremos con cara de pasmados y tirando los confetis y las banderas de Estados Unidos al desagüe, como en la película de Berlanga. Es más, aunque vengan esos Reyes (de los otros ni hablamos porque pinta nublado) y traigan una empresa -ejemplos hay por toda España-, se puede deslocalizar en pocos días, o incluso en «pocas horas» (máxime cuando se instalan por decisiones políticas o por subvenciones temporales que provocan una rentabilidad artificial). Pero es «un poco más difícil» desmantelar los pimientos de Fresno o de El Bierzo, o el vino El Bierzo o de Valdevimbre o de otras zonas, o la cecina de Astorga, o laboratorios, o empresas de acero, de cemento o de lo que sea con raigambre en León.
Y a lo mejor tenemos que ayudar todo lo que se pueda, y más, y potenciar todo lo que se pueda, y más, lo que tenemos, y todo lo que discurran nuestros jóvenes emprendedores, que los hay y muy bien preparados, para generar riqueza desde aquí hacia fuera y no esperarla al revés. Incluso, por qué no, ser nosotros mismos los que vayamos a colonizar con nuestras sucursales empresariales otras zonas de España o del mundo. 180° en nuestro pensamiento.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.