Aire de calidad en los colegios

En este año se han llevado a cabo estudios para conocer los índices de concentración de dióxido de nitrógeno en varios colegios tanto de León como de Ponferrada

Luis Enrique Valdeón

Jueves, 6 de octubre 2022, 09:35

En los tiempos que vivimos, en los que por desgracia sigue coleando la puñetera pandemia que nos trastocó las vidas a todos ya hace más de dos años, parece claro que la preocupación de la gente por la calidad del aire que respiramos ha ido ... en aumento. Así las cosas, en este año se han llevado a cabo estudios para conocer los índices de concentración de dióxido de nitrógeno en varios colegios tanto de León como de Ponferrada, además de los de otras ciudades de nuestra «querida» Comunidad Autónoma. Este dañino gas tóxico llamado dióxido de nitrógeno parece ser que proviene en gran medida de los vehículos que circulan por la ciudad y sobre manera de los motores diésel. Así, se ve afectada de manera notable la salud de las personas además de contribuir al temido efecto invernadero que conlleva el aumento del calentamiento global del planeta. Con estas mediciones y sus estudios al respecto se ha llegado a la conclusión de que hay unos cuantos colegios de nuestra ciudad que no cumplen con la actual normativa de calidad del aire, cuyos valores tolerables los determina la Organización Mundial de la Salud.

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A la vista de estos alarmantes datos seguramente todos nos echamos las manos a la cabeza al pensar en el aire insano que respiran nuestros hijos en sus colegios. Parece claro que lo que sobran son coches que circulan por la ciudad y que, mientras esto no se aminore de alguna manera, estos índices de contaminación no bajarán. Ahora bien, no sé si la generalidad de la gente es consciente del número de vehículos que cada día a las horas de inicio y finalización de la jornada escolar están alrededor de estos centros educativos. Me refiero al elevadísimo número de vehículos que transportan a estos jóvenes cada día y que, por tanto, contaminan.

Desde luego la tendencia debe ser a la disminución del tráfico rodado por la ciudad, eso sí previa planificación que pueda llevar a ello, como debe ser la instalación de parkings disuasorios en las entradas de la ciudad además de otras medidas. Pero no hay que olvidar que es labor de todos lograr un éxito en esta cuestión y que, por tanto, es de suma importancia que los propios padres de los alumnos dejen de coger sus vehículos para transportar a sus hijos al colegio cuando esto no sea necesario. La realidad es que un número importante de estos desplazamientos se producen en distancias inferiores a un kilómetro, vamos que se puede ir caminando sin ningún tipo de problema. Mentalizarse sobre esto creo que es la clave para lograr un descenso de estos índices de contaminación, eso sí, unido a las políticas que he indicado para conseguir la disminución generalizada del tráfico de vehículos.

En varias ciudades de España se han hecho experimentos y estudios tendentes a la disminución del tráfico en los alrededores de los Colegios, que parecen que solucionan en parte este problema de polución, pero sobre todo han incidido en la prohibición de circulación de vehículos en los alrededores de estos centros educativos, lo que considero que, pese a su eficacia en muchos casos, claramente en otros es de imposible realización por el lugar donde se ubican, como sucede en León donde gran parte de los colegios están en pleno casco urbano de la ciudad.

Estas medidas orientadas al bienestar de las personas llevan además unidas algo muy importante, y es que ayudan y mucho al tan demandado e importante en estos tiempos ahorro energético, de manera que favorecen más a este ahorro que la medida que desde este mismo verano propugna nuestro Presidente del Gobierno, «Don» Pedro Sánchez, consistente en quitarnos las corbatas. Eso sí, se continúa con la desmantelación de nuestras propias fuentes de energía como son las centrales térmicas. Vamos, «un lince».

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La labor de protección de las personas derivada de la contaminación y de preservación de nuestro planeta, así como conseguir un importante ahorro energético debe ser, por tanto, compartida entre las políticas que lleven a cabo las Administraciones Públicas y la manera de actuar de la población en general, y ello en aras a conseguir algo por todos deseado. Creo que debemos reflexionar sobre ello.

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