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Yolanda Díaz mantiene su afán de llevar la iniciativa en las negociaciones para sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez. Aunque los socialistas se desvinculan de esta estrategia y prefieren mantener su propia hoja de ruta, la vicepresidenta segunda en funciones se reunió este lunes ... en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas con el expresidente de la Generalitat y eurodiputado Carles Puigdemont, huido de la justicia española desde 2017. El encuentro, organizado para tratar de acelerar el necesario apoyo de Junts a la reedición del Gobierno de coalición y que no aparecía en la agenda oficial de la líder gallega ni en la de Sumar, se saldó con un compromiso por ambas partes para «explorar todas las soluciones democráticas para desbloquear el conflicto político» en Cataluña, como hicieron público en un escueto comunicado conjunto de apenas tres párrafos enviado a los medios tras la cita; al término de la misma ninguno de los dos compareció ante la prensa.
Aunque no detallaron si cuestiones como la amnistía a los condenados por el 'procés' estuvieron sobre la mesa durante las casi tres horas que duró la reunión, las dos partes definieron el encuentro de «muy fructífero» y lo consideran el establecimiento de «una relación normalizada y estable entre ambas formaciones políticas». Una declaración que se produce 24 horas antes de que el propio Puigdemont desglose, también desde Bruselas, las condiciones que exigirá al PSOE para que los diputados de Junts respalden en el Congreso la investidura de Sánchez.
Más allá del acercamiento entre Sumar y los soberanistas, la cita también tuvo el valor simbólico de ver en la misma foto a un miembro del Gobierno junto a Puigdemont por primera vez desde el referéndum ilegal del 1-O. La vicepresidenta segunda en funciones, que se mostró «optimista» ante las posibilidades de Sánchez para permanecer una legislatura más en la Moncloa, llegó a las 12 horas a la sala donde se celebró la reunión acompañada por el exdiputado de Unidas Podemos Jaume Asens, designado por la propia Díaz tras las generales del 23-J como interlocutor para negociar con las formaciones catalanas y persona muy cercana al expresidente catalán. Al ser preguntada sobre si habrá más reuniones, la líder gallega respondió con un rotundo «sí, claro». En el otro extremo de la mesa, a Puigdemont le acompañaba el eurodiputado Antoni Comín, quien fue su conseller de Salud y que también se encuentra huido de la justicia española desde 2017.
Conscientes de la polvareda política que podía producir este encuentro, fuentes de Moncloa ya quisieron dejar claro desde primera hora de la mañana que no fueron informados del viaje hasta el domingo a última hora de la noche y por tanto «a hechos consumados», según trasladaron. La noticia, de hecho, sorprendió a Pedro Sánchez y a la plana mayor del ala socialista del Gobierno en funciones en el Ateneo de Madrid, cuyo nuevo ciclo de desayunos informativos inauguraba precisamente el líder del PSOE. En la misma línea indicaron que «no hay nada acordado» y que el PSOE sigue su vía, y por tanto subrayan que esta reunión entre Díaz y Puigdemont no tiene «nada que ver» con ellos.
Pero el encuentro entre ambos acabó opacando el resto de actos convocados durante la jornada de este lunes. En la rueda de prensa posterior a la presentación del balance de la siniestralidad vial del verano, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, se vio obligado a aclarar que, durante la reunión, la vicepresidenta segunda en funciones «actúa como representante y dirigente de Sumar» y negó que acudiera como interlocutora del Ejecutivo.
Preguntado por la amnistía, Marlaska abogó por mantener la convivencia en Cataluña sin olvidar «nunca» la Constitución y el diálogo. Sobre las críticas lanzadas en este sentido por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y también de sindicatos de la Policía, que rechazan su equiparación con procesados y condenados por el 'procés', el ministro se volvió a remitir a la Carta Magma. «Creo que no hay duda alguna de un cambio sustancial y que la convivencia ha vuelto a formar parte del paisaje en Cataluña», defendió.
Entre las filas de Sumar, en cambio, el tono era bien distinto. Su diputado Íñigo Errejón no solo defendió el movimiento, sino que se mostró «orgulloso» del mismo. En declaraciones a La Sexta, el también líder de Más País defendió que «los conflictos políticos necesitan soluciones políticas y a eso ha ido Yolanda Díaz a Bruselas» y que la coalición de izquierdas «es una fuerza autónoma» y, por tanto, puede mantener estrategia propia en las negociaciones para la investidura.
Sobre la posibilidad de que en esas conversaciones se encuentre la amnistía como condición, Errejón cree que esta tiene «perfecto encaje en la Constitución» y desveló que su formación tiene a un grupo de juristas estudiando «todas las posibilidades».
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