OLGA ESTEBAN y RAMÓN MUÑIZ
Viernes, 12 de noviembre 2021, 18:00
Era uno de los testimonios más esperados, aunque finalmente ha sido breve. Unas pocas preguntas apenas de la fiscal y de la defensa de Pedro Nieva. A las 12 horas ha entrado en la sala en que la se celebra el juicio por el crimen ... de Javier Ardines. Era Nuria Blanco, su viuda, que tantas cosas ha tenido que escuchar sobre la vida privada de su marido desde que fuera asesinado, el 16 de agosto de 2018. La situación era difícil y por eso, antes de empezar, el juez, Francisco Iriarte, ha recordado a todos los letrados que tuvieran especial cuidado en sus preguntas y que no interrogaran a la viuda sobre cuestiones de la vida personal de Ardines que no tuvieran relevancia para el caso.
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No solo lo han respetado sino que solo uno de ellos, Francisco Javier Beramendi, ha realizado preguntas.
Nuria Blanco sí ha tenido oportunidad de aclarar varias cuestiones. La más significativa, que conocía de las «sospechas que tenía Pedro sobre la relación entre Javier y Katia». Unas sospechas que éste confirmó con aquella grabación del 8 de diciembre de 2017, durante un encuentro en un restaurante entre Pedro Nieva, Javier Ardines y Katia Blanco, al que Nuria no asistió porque se encontraba fuera de España. En aquel encuentro, Nieva dejó el móvil grabando bajo una servilleta mientra iba al servicio (él lo ha negado, asegurando que la grabación fue casual). Y meses después, a principios de agosto de 2018, envió aquella grabación a la mujer y la hija de Ardines.
Nuria Blanco ha explicado este viernes en el juicio que no escuchó el audio en un primer momento. Que lo hizo después, cuando su hija le explicó el contenido. Aquello, ha admitido, supuso una «alteración» en su matrimonio.
La viuda de Ardines ha hablado de las costumbres fijas de su marido, que salía cada día de casa entre las 6 y las 6.30 horas de la mañana para ir a faenar y lo hacía siempre en el mismo vehículo. Además, ha asegurado que su marido no se duchaba todos los días, algo importante, dada la relevancia que las defensas están dando durante todo el proceso al hecho de que en el cuerpo del fallecido, el vehículo e incluso la valla, aparecieran restos de ADN de A., mujer con la que Ardines había mantenido relaciones sexuales la tarde de antes de su muerte.
En el mismo sentido que su madre se ha expresado la hija de Ardines, que ha admitido esas costumbres. Ambas han confirmado también la presencia de una valla en el camino de salida de su casa desde principos de agosto. La teoría de los investigadores es que hubo un primer intento de cometer el crimen a principios de agosto, colocando una valla que obstaculariza el paso de Ardines. Pero, al tratarse solo de una, pudo esquivarla sin parar el coche.
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La hija de Ardines ha confirmado también que recibió el 5 de agosto aquella grabación de la conversación entre su padre y Katia y que, los días posteriores, mantuvo conversaciones con Pedro Nieva por WhastsApp. «Pedro dijo que había grabado la conversación porque tenía sospechas», ha explicado la joven, rechazando así que la grabación fuera casual. Además, ha asegurado que el presunto inductor del crimen le llegó a confesar que «estaba destrozado y que había escuchado aquel audio muchas veces».
La hija de Ardines ha hablado también de otros conflictos que tenía su padre. «Es normal, si tu padre aparece asesinado y te preguntan hablas de todos porque no tienes nada que ocultar», ha dicho.
El último familiar en testificar ha sido el hijo de Ardines, que ha hablado solo de las costumbres fijas de su padre en cuanto a horarios.
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Antes de la familia, en la sesión de hoy, han testificado dos agentes más de la Guardia Civil que participaron en la investigación del caso, uno de ellos por videoconferencia, que han incidido en cuestiones que ya se han puesto de manifiesto en las jornadas anterios, como los registros a los domicilios de los acusados o la aparición del ADN de A. Uno de los agenes ha vuelto a explicar por qué se decidió omitir la relación sentimenal de A. y Ardines en su primera declaración. «Se quería evitar un evidente daño a la familia de Ardines y de la propia A.», ha dicho el agente.
Los guardias civiles también han explicado que en un primer momento se investigó en los centros de salud y hospitales de la zona, por entender que se podría haber producido un enfrentamiento entre Ardines y el autor o autores del crimen, y que alguno hubiera podido resultar herido.
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También se han vuelto a poner de manifiesto los rumores que circulaban por Llanes en aquellas semanas, sobre los conflictos de Ardines como concejal de Personal y Playas y sobre la aparición de fardos de droga en la costa llanisca.
Ha sido la de hoy una sesión mucho más corta que las anteriores, teniendo en cuenta además que se ha producido un largo receso tras la anécdota de la mañana: la alarma de incendios. Finalmente, no ha habido ningún incidente.
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El juicio se reanudará el lunes, 15 de noviembre, a las 10 horas, con otro de los testimonios más esparados, el de Katia Blanco, la mujer de Pedro Nieva, que participará por videoconferencia desde un juzgado de Durango, en Vizcaya, donde reside.
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