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Barcelona
Miércoles, 26 de septiembre 2018, 13:05
'Barcelona capital europea'. Este es el nombre de la plataforma con la que Manuel Valls optará a la alcaldía de Barcelona. El ex primer ministro francés, tras anunciar ayer que optará al bastón de mando en la capital catalana, se ha presentado como ... el «candidato de la moderación», negando que sea el aspirante de las élites de la ciudad. Ha anunciado que en el mes de noviembre, la plataforma que lidera celebrará su puesta de largo, pero ha evitado dar nombres de las personas que le acompañarán en la candidatura.
«Me propongo ofrecer soluciones para la gente que está harta de la parálisis política», ha señalado. «Quiero posicionar a la ciudad en un camino de progreso, crecimiento, seguridad y civismo», ha apuntado. «Estamos en marcha», ha añadido. De momento, solo cuenta con el apoyo de Cs, lo que ha agradecido, pero no ha descartado que el PP y el PSC acaben sumándose a su proyecto. «Hay tiempo hasta mayo, el paisaje se mueve mucho», ha afirmado. Valls ha apelado a todos los moderados. «Me defino de izquierdas y la gente de izquierdas de Barcelona me conoce, sabe quién soy», ha recordado.
A los que le acusan de ser el candidato de los poderes fácticos de Barcelona, de los ricos, según lo calificó Ernest Maragall, el aspirante de Esquerra, les ha respondido que siempre ha vivido de los sueldos de sus cargos y que no quiere hablar de la pensión de su madre o de su hermana. «¿Qué es ser rico?» , ha preguntando, apuntando que su madre y su hermana cobran pensiones de 500 a 600 euros.
Valls ha señalado que no será agresivo contra el independentismo «ni bajará al nivel de los insultos» y ha mostrado respeto por Ada Colau, aunque ha tirado un dardo con ironía. «Respeto a Colau, no es fácil gobernar cuando no estás preparado», ha asegurado. Ha presumido de pedigrí catalán y catalanista y de izquierdas. «He gobernado con socialistas, comunistas y ecologistas, igual soy demasiado de izquierdas», ha espetado a los que le acusan de ser un dirigente que abandonado las posiciones progresistas por sus políticas de seguridad e inmigración. Y ha concluido con una confesión: «Viviré en París, en la calle París», ha rematado. «No tengo ningún máster», ha dicho. Solo estudió hasta el bachillerato. «Mi máster es la vida», ha concluido.
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