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La plana mayor de Unidas Podemos leyó las medidas anunciadas este martes por Pedro Sánchez como un nuevo «sí se puede». El «cambio de rumbo a la izquierda» por parte del PSOE que llevaban pidiendo los últimos días como «fórmula ganadora» de cara a las ... siguientes generales y tras los malos resultados en las autonómicas andaluzas. Después de una semana de tensiones marcadas por el aumento del gasto militar, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, enterraron el hacha de guerra –aunque fuera por un día– y calificaron de «satisfactoria» la intervención del presidente.
Los morados no acudían al debate con intención de hacer fuego amigo y la consigna era mostrar lealtad para no dotar de más munición a la oposición, encantada de explotar las diferencias en la coalición.Aunque desconocían las medidas económicas y sociales que Sánchez guardaba bajo llave, en Unidas Podemos preferían esperar a escucharlas primero antes de hacer una valoración.Pero estas acabaron superando todas las expectativas, especialmente las relativas a los impuestos a los beneficios extraordinarios de banca y empresas eléctricas.
«Lo que era imposible hasta hace poco, ahora es posible. Una pequeña alegría para el país que queremos», desgranaba Díaz, que apenas una semana antes había pedido una reunión «urgente» de la comisión de seguimiento del pacto de coalición –órgano para resolver las diferencias entre socialistas y morados– después de que las discrepancias por el aumento del PIB en Defensa, y especialmente por la partida de 1.000 millones de euros para gasto militar, hubiera convertido en un lugar asfixiante el Consejo de Ministros. Un encuentro sin fecha que el propio Sánchez fijó para «pronto» durante su réplica parlamentaria.
Primero Jaume Asens, presidente del grupo confederal, y posteriormente el portavoz Pablo Echenique (ambos se repartieron los 30 minutos del turno), alabaron la «valentía» de Sánchez. «Ha acertado porque las medidas que ha anunciado no solo protegen a la mayoría social de nuestro país, sino porque sirve para recuperar la iniciativa política del Gobierno», zanjó Echenique.
Sin embargo ambos no dejaron pasar la oportunidad de afear al presidente dos cuestiones que siguen provocando tiranteces en la coalición:el mencionado gasto en Defensa y la actuación policial en la valla de Melilla, en la que perdieron la vida 37 inmigrantes el pasado 25 de junio. «Es inaceptable, debe investigarse, esas personas tenían el mismo derecho a huir del horror que los refugiados ucranianos», reprochó Asens, que pidió al presidente «más ambición»y «cuidar»al bloque de investidura. «Necesitamos marchar juntos a pesar de las diferencias», añadió.
Sánchez, en tono amable, intentó convencer a sus socios de que se puede invertir en defensa y justicia social al mismo tiempo. De que «el mundo ha cambiado» y Podemos debe «apostar por la seguridad y defensa de nuestro país». Por ello emplazó a los morados a tener «un debate sereno» sobre el aumento del gasto militar, que tanto Díaz como Belarra empiezan a percibir como una decisión inamovible.
Por ello, y pese a la batería de medidas anunciada por el presidente, a cambio de tragar este sapo buscan sacar todo el rédito social posible antes de las próximas generales. Echenique enumeró la lista de las cuestiones que Unidas Podemos echó este martes en falta:la aprobación de la Ley de Vivienda (parada desde noviembre de 2020);la derogación de la 'ley mordaza'; contratación de más personal sanitario; o una reforma fiscal que grave a las grandes corporaciones.
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