Tres asesinos y un chivato
2 - Los autores del crimen ·
Los etarras 'Txapote', 'Amaia' y 'Oker' cometieron el secuestro y asesinato de Blanco gracias a la ayuda de un concejal de HB de Eibar que pasó a la banda la información sobre la víctimaSecciones
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Los etarras 'Txapote', 'Amaia' y 'Oker' cometieron el secuestro y asesinato de Blanco gracias a la ayuda de un concejal de HB de Eibar que pasó a la banda la información sobre la víctimaóscar b. de otálora
Lunes, 10 de julio 2017, 06:17
A Miguel Ángel Blanco le mataron tres depredadores de la peor especie. Los asesinos del concejal del PP de Ermua fueron tres etarras, algunos de ellos los más violentos de la banda, considerados por quienes les han tratado como irrecuperables, sin otro horizonte que la violencia más extrema. Pero el crimen se cometió porque una cuarta persona colocó a estos asesinos en la pista del joven edil popular. El secuestro y muerte de Miguel Ángel no habría sucedido si el concejal de HB de Eibar Ibón Muñoa, que conocía perfectamente a Blanco, no hubiera pasado a la banda la información sobre la víctima. Francisco Javier García Gaztelu, 'Txapote', Irantzu Gallastegi, 'Amaia', y José Luis Geresta, 'Oker', fueron los autores de la muerte. Pero Muñoa fue la pieza clave del drama.
Definido por quienes le trataron como tímido y apocado, el edil de la izquierda abertzale fue detenido en 2001, después de que una investigación de la Guardia Civil llevada a cabo en Francia hubiera permitido encontrar su rastro en la muerte de Blanco. En 1997, cuando se produjo el asesinato, Ibón Muñoa trabajaba en un taller de reparaciones de automóvil cuya contabilidad la llevaba la empresa en la que trabajaba Miguel Ángel Blanco. Le conocía perfectamente. Además, Muñoa estaba al tanto de los movimientos de su futura víctima, evidentes en una localidad pequeña como Eibar. Sabía cuando llegaba al pueblo y a qué hora se iba. Muñoa había pasado a ETA información sobre el edil pero también sobre otros cargos del PP. En la actualidad cumple una condena de 33 años de prisión por su participación en el secuestro y asesinato de Blanco.
Pero Ibón Muñoa no sólo era un soplón con información sobre su víctima. Fue un colaborador activo de ETA, ya que en su empresa había fabricado matrículas para los coches bombas. Cuando 'Txapote', 'Amaia' y 'Oker' llegaron a Ermua en busca de una presa, el edil de HB les alojó en su casa, les prestó una segunda vivienda que tenía en Zarautz y hasta les dejó su coche por si el que iban a utilizar para secuestrar a Blanco se estropeaba. Era el chivato que necesitaba el jefe del comando, Francisco Javier García Gaztelu, 'Txapote', para buscar un objetivo fácil, alguien sin escolta, incapaz de defenderse ante tres personas armadas.
'Txapote' fue quien disparó dos veces en la nuca a Miguel Ángel y quien le retuvo durante las 48 horas de plazo que había dado ETA desde que el 10 de julio secuestró al concejal para exigir el acercamiento de todos los presos de la banda a Euskadi. El historial de 'Txapote' es una escalera que cuanto más arriba sube más bañada en sangre está. Su primera detención se produjo en 1986, cuando tenía veinte años, por un ataque de 'kale borroka'. No entró en la cárcel porque su abogada, Jone Goiricelaia, alcanzó un pacto con la Fiscalía. En ese momento era un joven conflictivo, que había estado realizando algunos trabajos en las piscinas de Galdakao, su localidad natal, donde se mezclaba con jóvenes que se dedicaban al trapicheo.
En 1994 ya estaba encuadrado en el 'comando Donosti'. Le tocó poner en práctica la doctrina 'Oldartzen', elaborada por KAS -el órgano de enlace entre ETA y la izquierda abertzale-, según la cual era necesario «socializar el sufrimiento» para conseguir que el Gobierno se doblegase a las pretensiones de los terroristas. 'Oldartzen' significaba matar a políticos, intelectuales, periodistas, a cualquiera que se opusiera a los designios de ETA, así como extender el terror de forma que la exigencia de una negociación fuera un clamor social. Hoy en día es posible preguntarse si 'Txapote' fue el encargado de aplicar esta doctrina con sus armas porque era el más violento o se convirtió en el más sanguinario de los etarras porque le encargaron ser el estandarte de 'Oldartzen'. O quizás es que no hubo otro pensamiento que la violencia.
García Gaztelu dirigió personalmente los asesinatos de Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica, José Luis Caso o Manuel Zamarreño, por los que ha sido condenado a cerca de 300 años de prisión. En 1998, antes de que la banda declarase su tregua tras el pacto de Lizarra, huyó a Francia. Con un historial como el suyo no tardó en convertirse en el lugarteniente de José Javier Arizkuren Ruiz, 'Kantauri'. Cuando el jefe de ETA fue arrestado, 'Txapote' ascendió a la cúpula de la banda. Toda su doctrina se resumía en una frase: «Golpear hasta que el Estado se ponga de rodillas». ETA era ya más totalitaria que nunca, ajena a planteamientos negociadores o a una reflexión sobre el hundimiento en votos que la izquierda abertzale estaba sufriendo a consecuencia de su campaña brutal. 'Txapote' sería detenido el 22 de febrero de 2001 en el 'Havana Café' de Anglet. Estaba tomando un aperitivo en un elegante bar de la playa.
Mientras García Gaztelu disparaba a Miguel Ángel Blanco con una 'Beretta' del calibre 22, su novia, la etarra Irantzu Gallastegi, esperaba en el coche en el que huyeron. En ese momento tenía 24 años y se sabe que ingresó en ETA como 'legal' -no fichada- tras haber pasado por Jarrai e Ikasle Abertzaleak. Sería detenida en 1999 en un hotel de París, junto con el jefe etarra 'Kantauri' y el exparlamentario de HB Mikel Zubimendi, mientras cerraban una compra de armas en el mercado negro europeo.
El linaje de 'Amaia' aparece en el 'quién es quién' del nacionalismo vasco. Su abuelo fue Eli Gallastegi, un radical que a comienzos del siglo XX formaba parte del sector del PNV que rechazaba cualquier acuerdo con el Gobierno español. En 2006, su tío, Iker Gallastegi, fue condenado por apología del terrorismo después de haber afirmado en un documental sobre Miguel Ángel Blanco: «En ETA no hay gente de esa a la que le gusta matar. Matan porque es un deber patriótico. No tienen que pedir perdón por nada».
'Amaia' tiene un hijo con 'Txapote', concebido en un vis a vis que mantuvieron en una cárcel parisina. Cuando iba a dar a luz, las autoridades galas la entregaron de forma temporal a España, donde nació el niño. Ella fue extraditada antes que 'Txapote' por lo que el pidió cumplir la pena en España para poder así estar más cerca de su pareja. En la actualidad, ambos están encarcelados en A Lama, Pontevedra. Cuando en 2006 fueron juzgados por asesinar al concejal del PP de Rentería José Luis Caso, el fiscal pidió que cumplieran íntegramente las penas porque su comportamiento no permitía «atisbar ninguna esperanza de reinserción».
Hace veinte años, José Luis Geresta Mujika, 'Oker', sujetaba a Miguel Ángel Blanco mientras 'Txapote' le disparaba a sangre fría. Geresta fue un etarra con un historial breve. Se incorporó en 1996 al comando que asesinó al dirigente socialista guipuzcoano Fernando Múgica y se le detectó en poco tiempo. Formó parte del 'comando Donosti' y tuvo un final oscuro. El 19 de marzo de 1999 se suicidó en Rentería tras haber tenido un comportamiento extraño. Se había quedado solo en un piso de Andoain durante la tregua de 1998 -en la que el resto de etarras se ocultó en Francia- y comenzó a actuar de forma errática. Perdió una pistola, llegó a saltar de un coche en marcha y no se presentó a una cita para cruzar la frontera. Relató a varios familiares que le habían colocado un implante en la muela para seguirle y, al parecer, se intentó arrancar varios dientes horas antes de suicidarse.
En aquellos años, en los que el PNV y Batasuna mantenían el acuerdo político que había favorecido el pacto de Lizarra, abogados de la izquierda abertzale celebraron un encuentro privado y discreto con cargos de la Ertzaintza para consultarles las dudas sobre el caso. Según ha podido saber este periódico, la respuesta de los expertos policiales vascos fue contundente: «Si alguien le hubiera colocado un localizador o un micrófono en una muela, la batería para mantenerlo activo sería tan grande que no habría podido cerrar la boca». En la película de ciencia ficción '12 monos', dirigida por Terry Gilliam y estrenada tres años antes de la muerte de 'Oker', el protagonista cree que le vigilan mediante un implante colocado en sus muelas y acaba arrancándoselas. Según señalaron en su día los forenses, 'Oker' podría padecer un delirio paranoico que le llevó a confundir la realidad con la ficción.
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