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Los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, estuvieron a punto de protagonizar este jueves en el Congreso un revolcón de los que hacen época. Votaron en contra de la reforma laboral después de haber anunciado su respaldo ... a la misma. Aclararon que iban a apoyarla porque así lo había decidido la dirección de UPN y por disciplina de partido, no porque estuviera de acuerdo. A la hora de la verdad, su voto fue negativo y estuvo a punto de provocar la derrota más dolorosa al Gobierno si no hubiera sido por el error de un diputado del PP.
Su felonía, que diría Pablo Casado, a la dirección de su partido evocó el 'tamayazo' que frustró en 2003 que el socialista Rafael Simancas se convirtiera en presidente de la Comunidad de Madrid por la negativa de dos diputados de su partido a respaldar la investidura. Con el añadido de que Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez no anunciaron el sentido de su voto. Callaron y se abstuvieron.
La dirección del partido foralista navarro aprobó el miércoles por la tarde su voto favorable a la reforma laboral. El presidente, Javier Esparza, anunció la decisión sin consultar a Sayas y García Adanero. En ningún momento se les pidió su parecer, admiten en la dirección de UPN. Sayas disputó el liderazgo del partido a Esparza en el congreso de 2020, que ganó por un margen estrecho. Desde entonces sus relaciones son frías, apuntan fuentes del partido.
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Nada hacía prever, sin embargo, una deslealtad como la perpetrada. Ambos diputados señalaron a su llegada a la Cámara por la mañana que aunque no compartían la decisión -Adanero habló de «error tremendo- votarían a favor por disciplina. Durante el debate permanecieron callados y renunciaron al turno de palabra para exponer su postura. Un silencio atribuible a la dificultad de defender un voto que no compartían.
Pero la sorpresa llegó poco antes de las 18:30 horas. En el marcador de las votaciones del Congreso los dos diputados de UPN habían votado en contra, y si no llega a ser por el error en el voto telemático de un diputado del PP, el Gobierno habría cosechado la derrota más estruendosa de la legislatura en su proyecto estrella.
Sayas justificó en Twitter su pirueta: «Votamos No a la reforma laboral. En política lo único que no puedes hacer es algo que no puedas explicar a tus votantes. Somos sus representantes y a ellos nos debemos. Por eso nunca tuve un voto tan difícil como hoy pero tampoco nunca lo tuve más claro». Adanero acompañó en la misma red social: «He votado no a la reforma laboral porque lo contrario hubiera supuesto un claro refuerzo a Sánchez, presidente de España con el apoyo de Bildu». Los dos diputados en ningún momento informaron a su partido de lo que iban a hacer. Tampoco la dirección de UPN, arguyeron, les consultó sobre el voto en la reforma laboral
Esparza exigió a ambos la entrega de sus actas parlamentarias por «engañar», como lo demuestra que «han manifestado previamente de manera pública que iban a aceptar la disciplina de voto para después no hacerlo». Con el agravante, señalaron en el partido foralista, de que «los dos diputados sí que han advertido del sentido final de su voto a otras formaciones políticas mientras la dirección de UPN desconocía este extremo». El PP conocía de antemano qué iban a votar ambos parlamentarios.
Unilateral. La dirección de UPN no consultó con sus representantes el sentido del voto en la reforma
A falta de que se desvelen otras motivaciones, las razones de la traición hay que buscarlas en los vericuetos de la política navarra. Los dos están enfrentados a Esparza desde el congreso de hace dos años y reclaman, además, una postura más beligerante ante los pactos de los socialistas con Bildu en la comunidad.
Una primera consecuencia de la jugada de los diputados en el Congreso la puede sufrir hoy mismo el alcalde Pamplona, Enrique Maya, de UPN, que se enfrenta a una reprobación por una declaraciones sobre la violencia de los menores extranjeros no acompañados. Los socialistas se iban a abstener con correspondencia con el apoyo a la reforma laboral. Pero el giro de Sayas y Adanero lo cambió todo y el PSN se sumará al resto de la oposición para reprobar al regidor.
La maniobra, además, se ha vuelto contra ellos. El Gobierno se quedó en estado de shock al ver el tablero de la votación, pero respiró al comprobarse el resultado telemático y el error del parlamentario del PP Alberto Casero, que permitió sacar adelante la reforma laboral. El 'tamayazo' de Sayas y Adanero no surtió el efecto buscado.
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