El secesionismo encarece su apoyo a Sánchez

Torra ya no llega a tanto como pedir como condición la liberación de los dirigentes encarcelados como lleva tiempo pidiendo el independentismo, que obvia que ese extremo depende de un juez y no de quien manda en la Moncloa, pero vuelve a poner el asunto de los presos sobre la mesa.

También Esquerra elevó el precio de sus votos. Si el viernes Joan Tardá evitó poner condiciones y dio casi por seguro el respaldo republicano, Gabriel Rufián dejó ayer por escrito que las negociaciones con el independentismo serán todo menos una balsa de aceite. «Si Pedro Sánchez quiere los votos de Esquerra que vaya a Estremera a pedírselos tras un cristal a Oriol Junqueras», sentenció.

El PDeCAT, por su parte, insistió en que su apoyo no saldrá gratis. «Hay que posicionarse sobre un posible candidato que se ha pasado unos días insultando al presidente Torra, que ha sido cómplice del 155 y de la intervención de la Generalitat. Nuestros votos tendrán condiciones», advirtió Marta Pascal al secretario general del PSOE. De entrada, los neoconvergentes se ratifican en que éstos son «incompatibles con los de Ciudadanos».