Torra asegura al despedirse que fue derrocado por un golpe de Estado

«No es posible imaginarse que en ningún Estado europeo se inhabilite a un presidente por haber colgado una pancarta en defensa de la libertad de expresión. Es inédito. Es inaudito. Eso pasa en los regímenes autoritarios, como hemos visto en Turquía», ha señalado. «Vivimos un escándalo colosal» de «dimensiones internacionales», ha afirmado, para «aplastar y derribar una mayoría democrática surgida de las urnas».

Torra ha llamado al independentismo a avanzar hacia la secesión. «Que el próximo Parlamento que surja de las urnas sea fiel al mandato de la ciudadanía: o monarquía española o República Catalana», ha emplazado. El líder nacionalista se ha puesto a disposición de los grupos secesionistas si deciden liderar la «ruptura democrática». «De nosotros depende que las elecciones sean el plebiscito de la ratificación del 1-O o que sea otra cosa», ha dicho.

Y ha llamado al independentismo a la «revuelta» contra esta «persecución sistemática de un movimiento político» y a defender la soberanía del Parlament con «uñas y dientes» y hasta las «últimas consecuencias». Tras su intervención, ha abandonado el hemiciclo acompañado por miembros de su anterior gobierno y por diputados de JxCat y ERC. Ciudadanos y el PSC han reclamado al presidente de la Cámara catalana que suspendiera la sesión, pues consideran que los grupos independentistas pretendían hacer un uso partidista y degradante de las instituciones. Ciudadanos sí ha participado en la sesión parlamentaria. El PSC, en cambio, no.

En el mismo pleno, han intervenido también los dos nuevos pesos pesados del Govern catalán. Pere Aragonès se ha estrenado tras asumir las funciones del presidente de la Generalitat. Pero ha sido tajante y para que no haya equívocos: «Tras la inhabilitación, no hay presidente». Meritxell Budó, por su parte, ha llamado a seguir avanzando en la vía de la confrontación contra el Estado.