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La excursión familiar que truncó la vida de José, Macarena y sus dos hijas

La excursión familiar que truncó la vida de José, Macarena y sus dos hijas

Se han decretado tres días de luto oficial por el fallecimiento de los cuatro miembros de esta familia, aficionada a los deportes de aventura

ESTRELLA DOMEQUE / ANA B. HERNÁNDEZ

Viernes, 7 de julio 2017, 08:56

Una excursión familiar y de aventura al Jerte truncó ayer las vidas de José y Macarena, de 43 años, junto a sus hijas, Macarena, de 11 años, y Lourdes, de 9. Solo el pequeño Joaquín, de 6 años, sobrevivió a un trágico suceso que conmociona ... desde ayer a la localidad de Don Benito (Badajoz), pues era una familia muy conocida por todos, y a toda la región.

El matrimonio y sus tres hijos practicaban ayer barranquismo en el Barranco de los Hoyos, en Jerte. Murieron los padres y las dos niñas, mientras que el quinto miembro de la familia, Joaquín, de 6 años, resultó herido leve y fue trasladado al hospital Virgen del Puerto de Plasencia, donde ha recibido el alta médica la mañana de este viernes tras recibir ayuda psicológica.

Él es el único miembro de esta familia de Don Benito que ha sobrevivido a un accidente marcado por el agua en un día, además, en el que diluvió literalmente en Jerte.

Días de descanso en Navaconcejo

Estaban disfrutando de unos días de descanso. Se habían alojado en unos apartamentos rurales de Navaconcejo, a unos 40 kilómetros de Plasencia, y en la mañana de ayer habían quedado con un monitor para practicar barranquismo en el conocido como Barranco de los Hoyos.

Se trata de una garganta pequeña que nace en el Monte Traslasierra, ubicada en la zona norte de Jerte, que limita con el Ambroz, y que discurre próxima a otra garganta más grande, la de los Papúos, con la que finalmente se une ya cerca del pueblo para terminar en el río que da nombre a la localidad.

Sobre las diez de la mañana de ayer la familia acudió hasta la oficina de turismo, situada en la misma N-110, al final del pueblo y enfrente del consultorio médico. Allí habían quedado con el monitor que les acompañaría a hacer barranquismo. Un deporte de aventura que se practica en los cañones o barrancos de un río, que consiste en descender por el cauce de una garganta afrontando los obstáculos que se vayan presentando, tales como saltos, toboganes, rápeles...

La práctica de este deporte fue la que llevó a la familia dombenitense hasta la oficina de turismo. Desde allí subieron hasta el Barranco de los Hoyos, que tiene un recorrido fácil y asequible para los que se inician en el barranquismo.

Sin embargo, pasadas las once y media de la mañana, cuando los cinco miembros de la familia y el monitor se encontraban a unos 300 metros de una toma antigua de Jerte, aproximadamente en el medio del recorrido apto para el barranquismo en este espacio, una crecida les arrastrara. Fue el monitor el que dio la voz de alarma. «El que llamó al 112 y puso todo el dispositivo en marcha», aseguró ayer Gabriel Iglesias Sánchez, alcalde de Jerte.

El Centro de Emergencias activó un plan de búsqueda y localización en el que han intervenido miembros de la Guardia Civil, Bomberos, Protección Civil, Cruz Roja, buceadores, personal sanitario y un helicóptero.

Encontrados a más de dos kilómetros

Este dispositivo permitió localizar en un primer momento a los tres menores, a las dos niñas de 9 y 11 años y al niño de 6 años, en el propio barranco. El menor de la familia presentaba heridas leves, pero no fue el caso de sus hermanas. A diferencia de estas, el menor no había sido arrastrado por el agua. Por eso, los muchos esfuerzos que se hicieron por reanimar durante más de dos horas a las niñas, según informó ayer la delegada del Gobierno, Cristina Herrera, no sirvieron para nada.

Bastante más complicado fue encontrar y rescatar los cadáveres de sus padres. Según los vecinos de Jerte, fueron otros turistas que practicaban barranquismo en la Garganta de los Papúos, la zona a la que acuden no ya los de iniciación, sino los que tienen pericia en este deporte, los que encontraron el cadáver del padre, en esta garganta con la que conecta el barranco. Y mucho más lejos de donde supuestamente sufrieron la caída por la tromba de agua, hallaron a la madre. Fue en la zona conocida como ‘charco de tenería’, al final de la Garganta de los Papúos, muy próxima ya a la piscina natural del pueblo, a unos dos kilómetros de distancia del lugar donde la crecida pilló por sorpresa a la familia y al monitor.

Porque además de las lluvias de la noche, desde la mañana de ayer hasta primera hora de la tarde, cuando se lograron rescatar los cadáveres de los progenitores, también llovió con mucha fuerza en Jerte. No en vano, el Centro de Urgencias y Emergencias de Extremadura había activado el aviso amarillo por lluvias y tormentas en las comarcas del Tajo, Alagón, Villuercas, Montánchez, La Siberia y zona norte de la provincia de Cáceres, donde su ubica el municipio de Jerte.

De hecho, esta zona registró ayer intensas lluvias, entre 34 y 52 litros por metro cuadrado. Una situación, por tanto, que dificultó de forma notable las tareas de localización y rescate. Y el tráfico en general en la propia N-110, una carretera nacional que ayer se convirtió en un ir y venir de decenas de vehículos de los diferentes cuerpos de seguridad y servicios que acudieron en auxilio de las víctimas.

El propio consultorio médico se convirtió, de hecho, en un centro operativo improvisado y lugar al que se fueron trasladando los cadáveres. Ante la mirada triste y silenciosa de los muchos vecinos de Jerte que supervisaron el desarrollo de un operativo que según avanzaban las horas, desde que el monitor dio el aviso, fue confirmando las peores previsiones. Hasta que pasadas las tres de la tarde, la delegada del Gobierno, Cristina Herrera, confirmó que finamente habían muerto cuatro de los cinco miembros de la familia, y mostró su pesar en Jerte, hasta donde se desplazó para conocer lo ocurrido.

Una familia muy querida

El padre, José García-Margallo Solo de Zaldívar, trabajaba en una compañía eléctrica de Guareña, Jacinto Guillén, que era de propiedad familiar. Además, José era también el vicepresidente de la Asociación Las Arenas, un conocido club social en Don Benito.

José provenía de una familia empresarial. Su padre Enrique fue uno de los doce fundadores de Feval, y actualmente se le conoce en la localidad sobre todo por la empresa de maquinaria agrícola Niarsa, además de su vinculación con las empresas agroindustriales de la zona Casat y Pronat.

Su madre era propietaria de una farmacia situada en la calle Pajaritos, que ahora regenta Pilar, hermana del fallecido. Sus otros dos hermanos, Joaquín y Enrique, son también conocidos en el ámbito empresarial dombenitense.

La mujer fallecida, Macarena Guisado, regentaba en la actualidad una casa rural en Mengabril, llamada ‘Los Abuelos de Mengabril’. Una pequeña vivienda, de propiedad familiar, que ella misma había restaurado para convertirla en un hogar en medio de la naturaleza y un escaparate en el que presumir de Extremadura, que albergaba huéspedes sobre todo los fines de semana.

El alcalde de esta localidad, Lorenzo Garrido, se mostraba ayer consternado tras conocer la noticia. «Su familia era de aquí, y ella era una más del pueblo, una amiga y compañera, que siempre colaboraba para traer cosas buenas a la localidad». De hecho, tal y como recuerda Garrido, fue uno de los rostros de una exposición en el municipio con motivo del Día de la Mujer. La localidad, que no alcanza los 500 habitantes, lloraba ayer su fallecimiento. «Es una desgracia», lamentaba el edil.

Macarena, licenciada en Económicas, también era muy conocida en Don Benito por su vinculación con el ámbito comercial. Primero en la gerencia en sus inicios del Centro de Ocio Las Cumbres, y posteriormente como gerente del centro comercial abierto de la localidad dombenitense.

José y Macarena habían formado una familia con sus tres hijos, Lourdes, Macarena y Joaquín, con los que residían en una vivienda cercana a la plaza de España.

Muchos de sus vecinos se enteraron ayer de la noticia cuando se percataron de la presencia de los medios de comunicación.

Unos metros más allá, a las puertas del Ayuntamiento, el alcalde de Don Benito atendió minutos antes a los periodistas. José Luis Quintana informó de que el Ayuntamiento había decretado tres días de luto, por lo que desde ayer las banderas de los principales edificios municipales ondeaban ya a media asta.

El primer edil confirmaba que se trataba de una familia muy conocida en la localidad, y asimismo señaló que eran aficionados a este tipo de actividades deportivas. Añadió que la familia se había trasladado hasta la localidad cacereña nada más ser informados de lo sucedido.

«Es un hecho muy desgraciado, sólo podemos transmitir nuestras condolencias y unirnos al dolor tan terrible que estará sufriendo la familia en estos momentos, es un accidente para el que los humanos no encontramos explicación cuando sucede», afirmó.

La consternación se extendía también hasta la comunidad educativa del colegio Claret, donde estudiaban los tres hijos de la familia. En pleno período vacacional, profesores, padres y alumnos conocían la noticia a través de llamadas de teléfono y mensajes, en los que muchos se preguntaban cómo explicarles lo sucedido a los más pequeños, algunos compañeros de clase de las menores fallecidas.

A última hora de la tarde, Joaquín, el menor de la familia, era ya trasladado al hospital comarcal Don Benito-Villanueva, donde se recupera de sus lesiones.

El funeral tendrá lugar este viernes, a las 18.30 horas, en la Iglesia de Santiago.

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