Pedro Sánchez tiene previsto visitar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburgo, el próximo 7 de febrero, en coincidencia con juicio del 'procés'. En el Ejecutivo aseguran que el viaje no se organizó pensando específicamente en combatir la propaganda independentista sobre ... los déficits democráticos de España, que a todas luces arreciará al calor del devenir judicial, pero sí admiten que la intención del presidente del Gobierno es defender la calidad de las instituciones españolas y el Estado de derecho, así como reivindicar su política en materia de derechos humanos.
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España es estadísticamente uno de los países que menos veces ha sido condenado por el tribunal de Estrasburgo, pero de tanto en cuanto algunos casos muy mediáticos sacuden la opinión pública y proyectan otra imagen a la que el secesionismo siempre ha intentado sacar punta. En marzo, la Corte consideró que los tribunales españoles vulneraron la libertad de expresión de dos jóvenes independentistas condenados a penas de prisión por quemar fotografías del Rey Juan Carlos en 2007; en octubre, obligó a indemnizar a un maliense y a un marfileño por sendas devoluciones en caliente llevadas a cabo en 2014, y en noviembre, dictaminó que Arnaldo Otegi no tuvo un juicio justo en el caso de la reconstrucción de Batasuna.
En el Gobierno consideran que es conveniente que Sánchez intercambie puntos de vista con los miembros del tribunal internacional creado en 1959 y ante el que los ciudadanos de Estados miembros del Consejo de Europa pueden acudir en amparo cuando hayan agotado los recursos ante los tribunales de su país. Será el primer jefe del Ejecutivo español en hacerlo.
Fuentes cercanas al jefe del Ejecutivo argumentan que lo único que está en su mano de cara al juicio que se iniciará en cuestión de semanas en el Tribunal Supremo es «gestionar políticamente lo que ocurra» y añaden que están dispuestos a hacerlo, en España y también fuera de ella. A pesar de todo, sostienen que, de momento, la preocupación y las dudas surgidas en la comunidad internacional al calor de los acontecimientos del 1 de octubre están completamente disipadadas y que los secesionistas catalanes están ya en una posición muy «marginal» . «No hay nadie que dude de que España es un Estado de derecho –asegura uno de los máximos colaboradores de Sánchez- y cuando vamos fuera la gente prácticamente ha dejado de preguntar qué es lo que pasa con Cataluña». Pero, por si acaso, quieren contarlo.
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