Pedro Sánchez parte este martes a Emiratos Árabes en busca de inversores. La suya será una agenda de importante contenido económico y político y el Gobierno ha querido evitar interferencias que pudieran resultar comprometedoras. No hay planes, pues, de encuentro alguno con el rey Juan ... Carlos, que vive en el país desde que en agosto de 2020 abandonó España para evitar que los escándalos de corrupción por los que había visto salpicado perjudicaran la labor de Felipe VI en el trono.
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En el Ejecutivo aseguran que la presencia en Emiratos del que durante muchos años fue considerado el mejor embajador para hacer negocios con el mundo árabe no ha condicionado en ningún caso el diseño de un viaje al que el presidente del Gobierno acude acompañado de una amplia delegación empresarial de la que forma parte el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y en el que está previsto firmar un memorando de entendimiento con el fondo soberano Mubadala, que maneja activos por 230.000 millones de dólares en 50 países.
Este miércoles por la mañana Sánchez participará en el acto del día de honor de España en la Exposición Universal que se celebra en Dubai y mantendrá un encuentro con el primer ministro del país, el emir Mohamed bin Rashid Al Maktum y, ya por la tarde, se reunirá en Abu Dabi, donde reside don Juan Carlos, con el príncipe heredero, el jeque Mohammed bin Zayed.
A pesar de que la mayor parte de su agenda, que incluye también una intervención ante un foro empresarial y una rueda de prensa, es pública, esa segunda parte de la visita, la que tendrá lugar en Abu Dabi, se mantendrá en privado. Ninguno de los periodistas que se desplazarán con el jefe del Ejecutivo para dar cuenta de su actividad podrá cubrirla. De hecho, ni siquiera se les permitirá grabar un solo plano del aeropuerto de la capital emiratí. Según fuentes del Gobierno esa opacidad no se debe a que el príncipe heredero pueda propiciar un encuentro con el exjefe del Estado sino al celo extremo con el que se protege la imagen del sucesor en la monarquía del Golfo.
A principios de enero, según el diario 'El Mundo', don Juan Carlos trasladó a empresarios amigos la importancia que, a su juicio, tenía que a la Expo acudiera una representación española del más alto nivel y de que su hijo considerara la posibilidad de encabezarla. En otras circunstancias no habría sido raro. El Rey estuvo, de hecho, en la ceremonia de inauguración de la última exposición universal, celebrada en Astaná, la capital de Kazajstan, en 2017, una cita que aprovechó para reunirse con el presidente chino, Xi Jinping. Además, otros miembros de casas reales europeas, como los holandeses Guillermo y Máxima o el príncipe Alberto de Mónaco, han sido invitados por las autoridades de Emiratos.
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En la Moncloa defienden, sin embargo, que parte del objetivo del viaje es exponer las posibilidades inversoras que presentan los fondos europeos en sectores como el de las renovables o la digitalización y que esa es una tarea que corresponde al jefe del Ejecutivo y no al Rey.
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