Sánchez niega grietas en la coalición y relativiza el apoyo de Bildu a los Presupuestos

A diferencia de otras ocasiones, el jefe del Ejecutivo no se limitó a ofrecer una declaración institucional y aceptó preguntas de los periodistas, una maniobra con la que buscaba, en parte, anunciar como una victoria en la lucha contra la pandemia el plan de vacunas que se presentará el próximo martes tras el Consejo de Ministros y, no menos importante, desdramatizar el ruido político levantado a lo largo de toda la semana y despejar dudas sobre la continuidad de Unidas Podemos en el Gobierno, una compañía que ratificó.

Declaración similar a la que había formulado por la mañana en Barcelona la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, que reconoció que no ha sentido «deslealtad» en Unidas Podemos, aunque en su caso confesó que un gobierno de coalición «es más complejo» que uno monocolor y que la formación morada «está aprendiendo la institucionalidad que no tenía en este nivel».

Otro de los frentes abiertos en la coalición sigue siendo la influencia creciente que ha tomado EH Bildu en la política nacional. Esta se percibe con recelo en ciertos sectores del PSOE y con rechazo por parte de PP, Vox y Ciudadanos, lo que dificulta la estrategia de «parar los vetos cruzados» que quiere aplicar Sánchez para ampliar su mayoría parlamentaria. El presidente defiende que la incorporación de la izquierda 'abertzale' a la rueda de acuerdos en el Congreso «es buena para España» porque – «mal que le pese a algunos», matizó– sus escaños «representan a la España legítimamente votada por los españoles (...) La España democrática está representada en todos y cada uno de los escaños», añadió antes de subrayar que las únicas siglas que le importan al Gobierno son las de «PGE», las de los Presupuestos.

El presidente celebra esta «unidad de la izquierda» que, a su juicio, «ha sido inédita a lo largo de la historia». Además, considera el entendimiento con el llamado bloque de investidura como «positivo» para el país «en un momento de emergencia nacional y sanitaria».

Cambió el tono cuando fue preguntado sobre si se sentía cómodo con que Bildu siga amparando los homenajes a etarras en el País Vasco, a lo que respondió que le parecía «fatal» y que no los comparte. Todo ello sin nombrar en ningún momento a la formación 'abertzale'.

El tercer asunto de interés era la crisis política y social que se ha generado en los últimos meses en Canarias, donde han llegado desde el pasado 1 de enero más de 16.000 inmigrantes. El presidente asume que «las tensiones» por los flujos migratorios «van a ser muchísimo más grandes» en los próximos meses por las consecuencias económicas derivadas de la pandemia. Además manifestó su intención de no «permitir el tráfico irregular de seres humanos» y de repatriar a las personas en situación irregular a los países con los que España tenga convenios. Entre otras medidas, puso de relieve la interlocución con Marruecos o Senegal.