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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha comparecido este jueves en La Moncloa tras culminar el proceso para que el Valle de los Caídos deje de ser un monumento a Francisco Franco. «Hoy se pone fin a una afrenta moral. Es un ... paso más en la reconciliación», ha celebrado, apenas dos horas después de que los restos del dictador abandonasen la basilíca donde ha estado enterrado más de cuatro décadas.
En su breve intervención sin preguntas, el jefe del Ejecutivo ha recordado que el proceso, con el que se pone fin a una «anomalía democrática», ha contado con el total respaldo del poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. Se aprobó la decisión en el Congreso, en el Consejo de Ministros y el Tribunal Supremo desestimó los recursos de la familia Franco.
El líder socialista ha combatido las acusaciones de «electoralismo» que le llegan desde todos los partidos de la oposición, incluido Unidas Podemos, por llevar a cabo el traslado del dictador a menos de dos semanas del 10-N. «Cada cual puede tener su criterio, pero el Gobierno anunció que lo haría en el mismo momento en el que esto fuera posible; y este es el momento, ni un día antes, ni un día después», ha aseverado.
Sánchez ha tenido igualmente un recuerdo para los familiares de todas las víctimas de la Guerra Civil que siguen enterradas en fosas comunes, incluidas las de Cuelgamuros. «Es una infamia que deberá ser reparada. Es una aberración que debemos afrontar con decisión. Por justicia y dignidad. Pero, sobre todo, por pura humanidad», ha concluido.
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