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La marcha de la economía y los vientos favorables de la UE se han convertido en la herramienta gracias a la cual Pedro Sánchez aspira a hacerse perdonar cualquier pecado. Cuatro días después de que decenas de miles de personas se manifestaran en el centro ... de Madrid convocadas por un centenar de colectivos críticos con su Gobierno, bajo el lema 'Por España, la democracia y la Constitución', el jefe del Ejecutivo aprovechó la tribuna el Congreso -desde la que compareció para informar de la última reunión del Consejo Europeo- para reivindicar los éxitos de su gestión.
En Moncloa no niegan que cuestiones como las consecuencias de la ley del 'solo el sí es sí', el intento de reformar del Tribunal Constitucional sin seguir los cauces ordinarios o la modificación acelerada del Código Penal, por las que este jueves le atacaron tanto el PP como Vox y Ciudadanos, pueden suponerles un desgaste. Pero su tesis es que sus políticas sociales y económicas servirán de bálsamo y amortiguará a medio plazo a las «hipérboles» de la oposición.
Sánchez, que de nuevo vinculó la protesta del pasado sábado con el extremismo de derechas, sacó pecho así de la posición que hoy ocupa España en una UE y buscó de manera deliberada la comparación con los Gobiernos de Mariano Rajoy para tratar de explotar el que, a juicio de los socialistas, es uno de sus principales fuertes: el manejo en el ámbito internacional.
«No se trata de hablar idiomas, se trata de dar batallas en Bruselas y ganarlas en beneficio de nuestro país y de Europa. Hoy España exporta soluciones frente a la crisis energética y de precios, a diferencia de hace 10 años, con otros gobiernos, con los que importábamos rescates a bancos quebrados y recortes en nuestro Estado del Bienestar», dijo con una formulación en la que también cabría el último Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, para presumir de la llamada 'solución ibérica' que puso tope al precio del gas.
Los socialistas llevan días repitiendo una y otra vez que gobiernan para la «mayoría social» con decisiones como la subida de las pensiones en un 8'5%, la reforma laboral, la bajada del IVA de alimentos básicos y de la luz, las ayudas al transporte, la subida del salario mínimo o el límite del 2% a la subida del alquiler. «Son medidas que unen de una manera diferente a la de los que se manifiestan en plazas de Madrid -insistió el presidente- Porque no hay mayor patriotismo que el que reduce desigualdades».
El jefe el Ejecutivo argumentó además que su gestión está siendo reconocida fuera. «Hoy España es una opción de confianza, un país que no solo ha hecho los deberes sino que toma la delantera y propone soluciones ante problemas globales. Que pese a la oposición de la derecha y la ultraderecha, que claman no sé qué plan oculto para la mutación constitucional, según Financial Times atrajo hasta noviembre proyectos por 32.000 millones de euros, un por 24% más en que en el mismo periodo de 2021, que es líder mundial en turismo y que en 2023 batirá un nuevo récord».
Su socio de Unidas Podemos, que llegó a acusar a la oposición de organizar «manifestaciones bolsonaristas» (pese a que ningún partido estuvo formalmente detrás de la protesta de Madrid), también presumió de que diversos organismos internacionales estén «poniendo a España de ejemplo» de gestión. Pero reclamó a Sánchez que vaya a un pasó más allá. « Le pido que no nos conformemos -reclamó Pablo Echenique-, que pongamos algún tipo de tope a las hipotecas de precio variable y a la cesta de la compra y ayudemos pequeños comercios con medidas para que puedan afrontar la situación».
En contraposición a esa visión autocomplaciente de los partidos del Gobierno, que pese a todo reconocieron que aún queda trabajo por hacer, la oposición denunció una gestión "errática" y plagada de promesas incumplidas. En el plano económico, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, acusó a Sánchez de copiar sus propuestas de manera incompleta y de limitarse a poner "parches". Entre otras cosas, le echó en cara que su última bajada de IVA no haya incluido alimentos como la carne y el pescado. "¿No son productos que deban estar en la cesta de la compra de la clase media y trabajadora?", cuestionó.
Gamarra también advirtió de que la desigualdad no ha dejado de crecer y recriminó que se esté dejando a "nuestros hijos y nietos" una deuda de 200 millones de euro al día. "España ha perdido el 45% de inversión extranjera en 2022 en relación a la de 2018, cuando gobernaba el PP", refutó además. "Rectifique una política que ha convertido exclusivamente en su escudo electoral", dijo tras conminar a la Cámara a apoyar la propuesta de su partido para modificar la ley del 'solo el sí es sí'. "Los únicos beneficiaros están siendo los peores depredadores sexuales", añadió.
La dirigente popular se refirió, por otro lado, a la decisión de los socialistas españoles de no votar a favor de la iniciativa del Parlamento Europeo que demandó la semana pasada que se restrinja el acceso de los representantes de Marruecos a las sedes de la Eurocámara mientras dure la investigación del 'Qatarate' y exigió el respeto a la libertad de presna. Una decisión tomada por Sánchez para evitar represalias de Mohamed VI en vísperas de la Reunión de Alto Nivel que ambos países tienen previsto celebrar la semana que viene en Rabat. "¿Con quién se quedaron ustedes? Con Lepen ¿Y para qué? ¿Por qué están aún cerradas las fronteras comerciales? ¿Cuáles son los beneficios de su mandato?", remarcó.
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