Pedro Sánchez quiere mitigar el ruido que enturbia en las últimas semanas el funcionamiento de la coalición y por eso pidió a sus socios de Unidas Podemos, desde la tribuna del Congreso, «bajar los decibelios» para fortalecer su unión. Aunque la agenda de la Cámara ... baja marcaba que este miércoles era el día para que el Gobierno rindiera cuentas por su gestión de la pandemia, el pleno se convirtió en un debate de política general en el que todos los grupos trataron de saldar sus cuentas pendientes. Ylas del PSOEy Unidas Podemos giraron en torno a la normalización de la tensión en sus relaciones.
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Ahora que las aguas deberían estar más calmadas entre ambos socios tras las elecciones catalanas del 14-F y sin un periodo electoral a dos años vista, en la Moncloa ven prioritario zanjar esta cuestión que complica la vida al Gobierno. Si eso no se consigue, al menos tratan de que las críticas de Podemos no salgan del Consejo de Ministros y, mucho menos, se plasen en rupturas de la unidad de voto en el Congreso, como ha sucedido dos veces en la última semana: por la 'ley Zerolo'(en la que los morados se abstuvieron) y la inviolablidad del Rey (que los socialistas rechazaron).
Sánchez, en su turno de réplica, se dirigió específicamente a Pablo Echenique, portavoz del grupo parlamentario de Unidas Podemos, para defender los objetivos que ambas formaciones comparten y, lo que es más crucial en un parlamento tan fragmentado como este, señalar a sus enemigos comunes. «Lo que no aceptan (los partidos de oposición) es que su partido y el mío ocupen los asientos azules (los reservados a miembros del Gobierno)», zanjó.
Sánchez lleva dos días consecutivos expresando su «satisfacción» por el funcionamiento del Gobierno y su apuesta por la continuidad de la coalición. Y aunque reconoce que las «diferencias»y las «culturas distintas», este miércoles quiso ir un paso más allá en el elogio e hizo un reconocimiento expreso de la labor de todos los ministros de su Ejecutivo, tanto los del PSOE como los de Unidas Podemos. También de los miembros de sus respectivos grupos parlamentarios.
Los de Iglesias también son conscientes de que la ruptura con los socialistas les abocaría a un escenario ignoto, pero entienden como «normal»que las tensiones afloren en un gobierno de coalición, como apuntó Echenique. Sobre todo si entienden que el PSOEestá incumpliendo el acuerdo de coalición, lo que algunos morados califican abiertamente de «traición».
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El portavoz reconoció este miércoles que «algunas de estas diferencias no se podrán resolver en esta legislatura», pero considera que no hay alternativa posible al Ejecutivo que forman PSOEy Podemos. «Nos quedan tres años de Gobierno, seguramente más porque enfrente no hay nadie», afirmó.
Sin embargo, las buenas intenciones de ambas formaciones acaban disipándose cuando toca disputar esas diferencias. Horas después del pleno, acabó sin avances un nuevo intento de negociar la ley de vivienda encabezado por equipos liderados por secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra, y del secretario general de Agenda Urbana, David Lucas.
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Los socialistas mantienen la intención expresada por el ministro de Transportes el lunes pasado de no «imponer» controles a los precios del alquiler, lo que provocó un «gran malestar» entre los morados.Según fuentes de Unidas Podemos, los socialistas acudieron «sin propuestas nuevas» y con la promesa de «intentar» llevar esta ley al Congreso «en marzo».En respuesta, los de Iglesias exigieron hacerlo de forma «urgente».
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