El presidente del Gobierno ha aprovechado hoy su intervención en un acto sobre el plan de recuperación para la economía en Mérida para condenar sin paliativos los actos violentos que tuvieron lugar las dos últimas noches en las calles de Madrid y Barcelona durante ... las protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel. Pedro Sánchez se ha desmarcado de la ambigüedad e incluso los intentos de justificar lo ocurrido por parte de su socio en el Ejecutivo y ha advertido. «En una democracia plena, y España lo es, resulta inadmisible el uso de cualquier tipo de violencia».
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La vicepresidenta Carmen Calvo ya se expresó el jueves de manera similar e incluso reprobó explicitamente que el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, alentara desde su cuenta de Twitter unas algaradas que acabaron con «detenidos, heridos y muchos daños materiales». Pero desde la oposición se había cuestionado el silencio del jefe del Ejecutivo. «La vilolencia no es libertad, es un ataque a las libertades de los demas y el Gobierno -ha dicho hoy este- hará frente a cualquier clase de violencia y garantizará la seguridad ciudadana».
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Sánchez también ha recordado que su posición es la de que España tiene «una tarea pendiente» en la ampliación y mejorar de la protección de la libertad de expresión y ha insistido en que su intención es abordarla en una próxima reforma legal. El Gobierno ya anunció este propósito la semana pasada después de que de dos centenares de artistas, entre los que se encuentran Joan Manuel Serrat o Javier Bardem, firmaran un manifiesto en el que reclamaban la libertad del controvertido rapero, condenado a cárcel por enaltecimiento de terrorismo con el agravante de reincidencia y sancionado además por injurias a la Corona y contras las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
En este asunto, en todo caso, también existen discepancias entre los socios del Ejecutivo. Unidas Podemos ya ha registrado en el Congreso una proposición de ley que propone directamente derogar varios delitos relacionados con los excesos en el ejercicio de la libertad de expresión. El PSOE cree que lo que hace falta es reconsiderar las penas que ahora tienen vinculadas pero no hacerlos desaparecer. «El Gobierno -ha reiterado el presidente- se conducirá de acuedo con el interés de nuestra democracia que no es sino mejorar la protección de la libertad de expresión y actuar con contundencia contra cualquier forma de violencia».
Por la mañana, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha defendido la actuación de la Policía durante las algaradas, criticada por dirigentes del socio minoritario del Ejecutivo, Unidas Podemos. Marlaska ha aprovechado una comparecencia en la Comisión de Interior del Congreso para explicar su gestión durante el temporal Filomena para expresar su apoyo a las fuerzas de seguridad y condenar la «actitud injustificable» de los grupos que han causado disturbios en varias capitales.
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El PP, Vox y Ciudadanos han cargado contra el ministro por no condenar a quienes desde el Gobierno alientan la violencia en las calles ante las protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, en referencia a Unidas Podemos. Y tanto los de Pablo Casado como los de Santiago Abascal le han reiterado que dimita.
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