Aragonès saluda a Sánchez a su llegada el pasado mayo a la última jornada de la Reunión del Cercle d'Economia. EFE

Sánchez y Aragonès se ven las caras este lunes sin fecha de reunión ni para la mesa

El Gobierno central y la Generalitat catalana han reiniciado un deshielo que se antoja muy incierto al final de la presente legislatura

CRISTIAN REINO

Lunes, 27 de junio 2022, 00:31

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe del Ejecutivo catalán, Pere Aragonès, coincidirán hoy en Barcelona, en un acto empresarial organizado por la patronal Pimec. Sánchez y Aragonès vuelven verse cara a cara casi dos meses después de su último encuentro, también en ... la Ciudad Condal y muy breve, en el que el dirigente de Esquerra urgió a su interlocutor a cerrar una reunión para tratar de reconducir las relaciones entre las dos administraciones, casi rotas tras el estallido del 'caso Pegasus'.

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El encuentro privado entre ambos aún no tiene fecha, pero los dos gobiernos se han comprometido a celebrarlo antes del inicio de las vacaciones de verano, según acordaron el ministro Félix Bolaños y la consejera Laura Vilagrà en una reunión en la Moncloa la semana pasada. La 'operación deshielo' está en marcha.

Después del batacazo electoral en Andalucía, Pedro Sánchez trata de amarrar a los socios de la legislatura para encarar el tramo final de su mandato y poder aprobar unos últimos Presupuestos. El Govern intenta desbloquear la mesa de diálogo y obtener réditos que justifiquen, ante el electorado independentista más escéptico, su apuesta por el diálogo y la mano tendida con el PSOE.

La agenda «antirrepresiva»

Aragonès se resiste a enterrar la vía dialogada, pues supondría admitir el fracaso de la estrategia republicana y dar la razón a los de Puigdemont, que insisten en finiquitar la mesa (en la que se niegan a participar). Los socialistas catalanes sitúan la próxima reunión de ese foro en torno al mes de septiembre. Sería un año después de la cita anterior.

Sánchez y Aragonès se ven hoy un año después de que el Gobierno concediera los indultos a los nueve presos del 'procés'. A los doce meses de la medida de gracia, ERC sigue sin ser un socio fiable para el Gobierno y los republicanos, que facilitaron la investidura de Sánchez y le aprobaron las Cuentas de 2022, no han arrancado las contrapartidas que esperaban.

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Los dos Ejecutivos trabajan en establecer una metodología para el diálogo y en avanzar en lo que el nacionalismo llama «agenda antirrepresiva» y los socialistas, «desjudicialización» de la política, con dos puntos centrales: la reforma del delito de sedición y el cambio de mayorías en órganos clave con causas del 1-O pendientes como el Constitucional, el Supremo o el TSJC. El Gobierno ya impulsó esa modificación en el equilibrio de fuerzas en el Tribunal de Cuentas y los independentistas lograron que el ICF (dependiente de la Generalitat) les pueda avalar en la causa abierta por malversación en la internacionalización del 'procés'.

Los avances, no obstante, son muy complicados. A un año de las elecciones, y tras la debacle andaluza, Sánchez no puede hacer concesiones al independentismo, ni Esquerra puede dar un cheque en blanco al Gobierno. Su adversario en las urnas es el PSC.

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