Sánchez insiste en sacar de Madrid instituciones públicas

El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, fue de los primeros en abrir este debate y se topó con la rotunda negativa de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Isabel Díaz Ayuso considera que es «un nuevo ataque frontal y directo contra Madrid y vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para impedirlo». Pero la idea ha prendido y, por ejemplo, Cádiz ha reclamado el traslado a esa ciudad del Tribunal Constitucional.

La España vaciada y las fórmulas para evitar la profundización del desequilibrio demográfico y económico se recogen en muchas de las enmiendas a la ponencia marco del congreso socialista.

Otro de los ejes de discusión del cónclave del PSOE será la reforma fiscal, un capítulo en el que Sánchez trató este domingo de ser didáctico. Bajar impuestos y mantener o mejorar el Estado de bienestar es como soplar y sorber. Es la tesis del líder socialista para defender que el Estado debe contar con recursos suficientes para asegurar la eficiencia de los servicios públicos.

Un planteamiento que encierra un futuro aumento de la presión fiscal porque para los socialistas el fortalecimiento de la sanidad, la educación o los servicios de dependencia es una opción irrenunciable. Es «la principal lección» que ha dejado la pandemia, afirmó el líder del PSOE.

Hizo una cerrada defensa del proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2022 aprobados el pasado jueves por el Consejo de Ministros y que suponen «la mayor inversión social de nuestra historia». Aunque dejó entrever que los fondos europeos no serán un maná infinito. El año próximo, nueve de cada diez euros de los 27.633 millones aportados por Bruselas irán a inversiones, en buena medida a gasto social. Pero en el futuro no será así.

El fortalecimiento del Estado de bienestar necesita unas arcas públicas saneadas. Por eso, afirmó Sánchez, los que dicen que se puede «bajar los impuestos y mantener el Estado de bienestar o mienten o esconden recortes de los servicios públicos». Los defensores de la rebaja fiscal, a los que no citó, son «los mismos que se llevan el dinero a Suiza o aparecen en los 'papeles de Panamá' y 'de Pandora'».

Sánchez ha desoído las presiones de Unidas Podemos, el socio menor de la coalición, para trasladar la reforma fiscal a los Presupuestos. La ministra de Hacienda señaló que esperará al informe que entregará en febrero un grupo de expertos sobre la fiscalidad. A partir de ese documento, apuntó María Jesús Montero, el Gobierno estudiará qué modificaciones impositivas adopta. En las cuentas de 2022 la única innovación fiscal es el mínimo del 15% para el impuesto de sociedades.

La encrucijada, una vez superado lo peor de la pandemia, es, según el líder del PSOE, «avanzar o retroceder», asumir la necesidad de una reforma fiscal o desarrollar la ley de vivienda, o dejar todo como está. Una posición inmovilista en la que situó a Casado y su partido, sobre todo por su negativa a aplicar la Ley de Vivienda en los territorios que gobierna. Una actitud que, a su entender, es «sinónimo de derrota».