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Pedro Sánchez charla con la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, antes del comienzo de la ejecutiva socialista. EP
Sánchez acota al PSOE de Madrid la asunción de responsabilidades por el 4-M

Sánchez acota al PSOE de Madrid la asunción de responsabilidades por el 4-M

Gabilondo renuncia finalmente a recoger el acta de diputado y habrá una gestora tras la dimisión del secretario regional

Jueves, 6 de mayo 2021, 22:36

Todo se quedará en Madrid. Serán Ángel Gabilondo y la ejecutiva del PSOE regional quienes asuman en exclusiva la responsabilidad de la tremenda derrota infligida por Isabel Díaz Ayuso a los socialistas en las elecciones del 4 de mayo, a pesar de haber asistido como ... convidados de piedra a las decisiones clave de la contienda. Pedro Sánchez optó por tomar el control de la campaña desde la Moncloa con su director de gabinete, Iván Redondo. Suya fue incluso la elaboración del grueso de las listas, hasta el punto de que el secretario regional, José Manuel Franco, tuvo que pedir perdón a los suyos por haber conocido el nombre de los elegidos después de que fueran publicados en los medios. Este jueves, sin embargo, Franco se ofreció como chivo expiatorio y Sánchez aceptó su dimisión.

La marcha del dirigente madrileño, en parte forzada desde abajo, admiten fuentes socialistas, implica el cese de toda la ejecutiva regional y la designación, por parte de Ferraz, de una gestora que dirigirá el partido hasta la celebración del congreso ordinario, previsto para otoño. Con su sacrificio, anunciado pocos minutos antes de que Sánchez celebrara una reunión telemática con su dirección para analizar los resultados electorales, se pretende poner un cortafuegos que preserve al propio jefe del Ejecutivo. La nota en la que el PSOE de Madrid explicó la decisión resulta, en ese sentido, diáfana: «La salida del máximo responsable de los socialistas madrileños también supone que no se utilice el mal resultado para atacar al Partido Socialista y al Gobierno».

En realidad, la salida de Franco -nombrado Secretario de Estado para el Deporte el pasado 29 de marzo en sustitución de Irene Lozano- no pasa de ser una solución cosmética porque ya estaba decidido que no repetiría en el cargo. No en vano, en la Moncloa siempre se dejó claro que con fichajes como el de la ex directora del CSD, la secretaria de Estado de Inmigración, Hana Jalloul, o el señalamiento de la ministra de Industria, Reyes Maroto, como hipotética vicepresidenta económica de Gabilondo, lo que se estaba haciendo era preparar el terreno para la renovación de una federación muy necesitada de una sacudida tras casi un cuarto de siglo de peleas intestinas y derrotas electorales.

Ángel Gabilondo también dio este jueves su brazo a torcer y, como Franco (que la víspera había rehusado dimitir y se había mostrado partidario de abrir un periodo de reflexión para una transición ordenada) rectificó su decisión de mantenerse como diputado en la Asamblea y no recogerá su acta. Una noticia que se conoció muy poco después de que trascendiera que había tenido que ser ingresado en el Hospital Ramón y Cajal por una arritmia leve cuando iba a vacunarse. «Me sabe mal que alguien sospechara que no iba a estar a la altura de las circunstancias actuales», dijo el secretario de Organización, José Luis Ábalos, al finalizar la reunión convocada por Sánchez.

El número tres del PSOE, con todo, evitó cargar las tintas sobre los dos dimisionarios y, a pesar de que no anunció más medidas, aseguró que el PSOE hace una «asunción colectiva» de responsabilidades y que en ningún caso considera que Franco o Gabilondo, a quienes agradeció su trabajo en momentos difíciles, sean los principales culpables de lo ocurrido. «No somos de la cultura del desprecio al que trata de aportar lo mejor», alegó.

Autocrítica

Sus afirmaciones han de ser leídas en clave interna porque son muchos los insatisfechos con la falta de autocrítica inicial de la cúpula del partido y del Gobierno. «Cuando se producen unas elecciones y el resultado trae elementos rotundos, los primeros días son muy difíciles porque tienes que hacer muchos cruces de análisis», se disculpó este jueves en Onda Cero la vicepresidenta Carmen Calvo. El propio jefe del Ejecutivo admitió ante los suyos que hubo «errores» en la estrategia de campaña, aunque en su interpretación de la debacle apuntó a otros factores, como la débil estructura del PSOE en Madrid y la fortaleza del PP o la escasa beligerancia de Gabilondo como líder de oposición en los últimos dos años; algo que en todo caso también disculpó. «No podíamos pedir responsabilidad con la pandemia y usarla nosotros en la Asamblea», adujo Ábalos.

El presidente, como Ábalos y Calvo, también apuntó a la «fatiga» de un año y medio de encierro y medidas restrictivas como causante de un posible voto de castigo al Gobierno central. Lo que en ningún caso asumen en el entorno del presidente es un desgaste que vaya más allá de la coyuntura. «Los resultados no van a condicionar la política del Gobierno de España que está centrado en combatir la pandemia y acelerar la reactivación económica que este país necesita», resumió el también ministro de Transportes.

Leguina y Redondo se enfrentan a la expulsión

La ejecutiva del PSOE reunida este jueves para analizar los resultados del partido en los comicios madrileños tomó la decisión de abrir un expediente sancionador, con vistas a la expulsión, para el expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, y el exsecretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, por haber expresado públicamente su apoyo a Isabel Díaz Ayuso durante la campaña electoral durante una visita a un centro de equinoterapia. Los dos exdirigentes están distanciados desde hace tiempo del partido en el que militan.

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