Albert Rivera no sólo tiene intención de hacer oídos sordos a las llamadas de Pablo Casado para que dé un paso al lado en provincias pequeñas en las que pueda resultarle difícil rentabilizar el voto y traducirlo en escaños sino que está decidido a dar ... la batalla para seguir comiendo terreno a los populares. El líder de Ciudadanos prometió este domingo en Zaragoza que, si llega al Gobierno, bajará hasta en un 60% el IRPF de aquellos que viven en poblaciones de menos de 5.000 habitantes.
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La medida, que ya había sido apuntada el viernes durante un acto en Burgos -otra pronvicia que sufre el fenómeno de la despoblación- es, a priori, y a fatla de una mayor explicación por parte de Ciudadanos, muy controvertida. La Constitución no permite introducir tributaciones diferenciadas en función del domicilio (más allá de los regímenes especiales de Navarra, el País Vasco, Canarias, Ceuta y Melilla). En la actualidad, además, el sector agrario ya tiene un tratamiento fiscal especial que algunos expertos califican como «generoso».
El partido liberal no ha presentado aún su programa electoral y su itención es desgranar más detalles de esta propuesta cuando lo haga, pero lo que ya pone de manifiesto es que no se resigna a seguir siendo un partido exclusivamente urbano y que aspira a una implantación territorial más homogénea.
Además de la citada rebaja del IRPF, de hecho, Rivera mencionó una tarifa plana para las mujeres autónomas y otros incentivos fiscales para tratar de hacer frente al vaciamiento de los pueblos españoles.
El líder de Ciudadanos aprovechó, de paso, para cargar contra PP y PSOE, a los que acusó de empeñarse en mantener las Diputaciones Provinciales en beneficio propio. «Han dejado vacíos los pueblos y se han gastado 5.000 millones de euros en enchufes y contratos opacos», dijo. Según su discurso, es con ese dinero con el que se podría hacer frente a la rebaja del IRPF y otros incentivos. «Quien monte una empresa se planteará quedarse en el medio rural. Estoy harto de oír hablar de despoblación y ver cada vez más enchufados, más coches oficiales, más diputados provinciales y menos gente en los pueblos», insitió.
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Rivera, que compartió estrado con la líder de la oposición en Cataluña y candidata al Congreso por Barcelona, Inés Arrimadas, también se comprometió a implantar una tarjeta sanitaria única en toda España «para que nadie niegue a los españoles el derecho a la sanidad por culpa de la burocracia» y a impulsar una Ley de custodia compartida durante los primeros cien primeros días de gobierno para garantizar la «igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres».
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