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La Habana
Martes, 12 de noviembre 2019, 21:47
Los 7.500 kilómetros que separan Madrid de La Habana se convirtieron este martes en la mejor protección para aislar a la Corona española y a los miembros del Gobierno que le acompañan durante la primera visita de Estado a Cuba, pese a la incertidumbre política que se vive en España ... .
No cabe duda de que el presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez tuvo que informar al Rey Felipe VI del pacto alcanzado con Unidas Podemos, pero ni el ministerio de Exteriores ni la Casa Real quisieron confirmar esa comunicación. De acuerdo con su papel institucional, el Rey se atuvo al programa ceremonial y a la trascendencia de una visita histórica que se ha adelantado unos días a las celebraciones del 500 aniversario de la fundación de La Habana para singularizarla. Los monarcas comenzaron el día con una ofrenda floral de rosas rojas al héroe de la independencia Cubana, que no estaba exento de ironía. A José Martí, instigador de la secesión, lo mataron los españoles, pero 125 años después los herederos de la corona contra la que luchó le rindieron homenaje con la silueta del Che Guevara de fondo.
En la sede del Consejo de Estado, el monarca español se reunió con el presidente Miguel Díaz-Canel y las delegaciones de ambos gobiernos. Conscientes de las críticas que ha recibido la visita por no incluir reuniones con disidentes, el ministro de Asuntos Exteriores Joseph Borrell aclaró que durante el encuentro «se ha hablado de todo», incluyendo el controvertido tema de los derechos humanos en la isla.
Fue, quizás, lo único que tuvo a bien decir el ministro, que se declaró «de vacaciones» ante las preguntas relacionadas con el pacto de gobierno en Madrid. El rey Felipe VI cambió la corbata por una guayabera celeste y la reina Letizia sus finos tacones de aguja por unas alpargatas de cuña. Ataviados para las calles empedradas y un sol de justicia, los monarcas, que nunca habían visitado Cuba, pasearon por primera vez por La Habana Vieja, para deleite de sus habitantes.
«¡Linda, está preciosa!», se regodeaban zalameros los cubanos. Ellas, más críticas, le ponían pegas a la falta de «piernas y caderas», sin dejar de agradecer el espaldarazo humano que supone la visita en un momento crítico para el país. «España nos quiere, aunque el mundo se empeñe en que no», concluyó satisfecha Adis Cantero, que buscaba robar una instantánea de la Reina.
El gesto se traduce también en dinero constante y sonante, los 57.5 millones que invertirá España en cooperación con Cuba hasta el 2022, según el acuerdo marco firmado este martes. Y, simbólicamente, un espaldarazo a los empresarios españoles. El Hotel Iberostar Gran Packard en el que se alojan, inaugurado en septiembre del año pasado como un nuevo estándar de lujo en Cuba, es uno de los que Washington ha puesto en la lista negra para azotar con el titulo III de la Ley Helms-Burton.
Con la política de casa a ultramar y las instituciones cubanas en calma, los Reyes se permitieron un almuerzo privado en el único país de Iberoamérica que Felipe VI no conocía, y se entregaron a una tarde cultural en el Gran Teatro Alicia Alonso. La exposición 'Contigo en la distancia' remató la jornada de una visita llena de simbolismos.
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