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Pablo Casado ha encontrado en la congelación de las pensiones decidida por el Gobierno el pie que necesitaba para jugar un papel en las negociaciones de la investidura de Pedro Sánchez. El líder del PP anunció este domingo que su partido presentará un recurso de ... inconstitucionalidad contra la medida adoptada por el Consejo de Ministros el pasado viernes. «Los pensionistas no pueden ser rehenes de las negociaciones con independentistas», escribió en su cuenta de Twitter.
Casado se había visto relegado a un segundo plano con escasa visibilidad. En parte buscado para evitar las presiones sobre un apoyo del PP, como partido de Estado, a la investidura del líder socialista. Pero también obligado por la nula atención de Sánchez a sus propuestas con fórmulas alternativas a Esquerra para la investidura.
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El líder de los populares busca ahora erigirse en abanderado de los «nueve millones de pensionistas» que van a ver reducida su capacidad adquisitiva. Recuerda en su mensaje que no es la primera vez que los socialistas congelan las pensiones, lo hicieron «en 2010 y las quebraron en 1996. No permitiremos que vuelvan a hacerlo».
Cabe recordar que el PP es contrario a la revalorización de las pensiones de acuerdo a la inflación, y bajo el mandato de Mariano Rajoy el Congreso aprobó una ley (ahora derogada) para que la subida anual fuera del 0,25% subiera lo que subiera el IPC.
Pero más allá de estas particularidades, la decisión de no actualizar las jubilaciones con el baremo del IPC ha sido interpretada como una forma de presión del PSOE a Esquerra para cerrar un acuerdo de investidura. Los republicanos son uno de los partidos que más ha presionado en los últimos años por la vinculación de las pensiones a la evolución de la inflación.
La Moncloa, sin embargo, niega con énfasis que se trate de una congelación porque en cuanto se constituya el nuevo Gobierno, para lo que hace falta que Sánchez sea investido, subirán el 0,9% (el IPC estimado para 2019) con efecto retroactivo al 1 de enero. La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, advirtió el sábado a los que «afirman que el Gobierno va a congelar las pensiones en 2020», que «una mentira muchas veces repetida no se convierte en verdad».
El paso dado por el PP, además, puede quedarse en un gesto de cara a la galería porque es probable que para cuando presente el recurso y el Constitucional lo admita pasen semanas y para entonces Sánchez ya sea presidente del Gobierno y las pensiones estén actualizadas. Pero Casado no ha querido dejar pasar la oportunidad de mostrar su perfil de oposición aun cuando no haya Gobierno. A pesar de que los populares también dan por muy probable la investidura del líder socialista con la aquiescencia de Esquerra, han intentado entorpecer esas negociaciones con una llamada a la revuelta de los líderes territoriales del PSOE que no ha tenido eco.
El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, lamentó ayer «el silencio cómplice» de los barones socialistas, pero volvió a la carga para que «le digan a Sánchez que reconduzca la situación y rompa la negociación» con los independentistas catalanes. Una demanda a la que se sumó la vicealcaldesa de Madrid y dirigente de Ciudadanos, Begoña Villacís, llamada a ocupar altas responsabilidades en el partido liberal con Inés Arrimadas. «Este es el momento de ser valientes, de levantar la voz y decirle a Sánchez» que es «una mala idea» pactar con Esquerra la investidura.
Pero las apelaciones no han surtido efecto. Los presidentes de Aragón y Castilla-La Mancha, Javier Lambán y Emiliano García-Page, ensayaron alguna crítica con lenguaje más o menos apropiado, pero no pasaron de ahí.
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