Procesan a dos policías franceses por apropiarse de más de 100 armas de ETA

Entre el arsenal que se ha encontrado, hay unos 80 detonadores, pistolas-ametralladoras M4, un kalashnikov y pistolas 357 Magnum. En total, más de un centenar de armas y municiones, entre las que también se encontraban, según el inventario, armamento incautado en otras operaciones de delitos comunes.

Las armas procedentes de los arsenales escondidos de ETA -la última entrega tuvo lugar en Bayona en marzo de 2018- debían ser destruidas, algo que nunca sucedió. Uno de los agentes ahora procesados, que se encontraba destacado en el equipo de artificieros de la protección civil, transfirió las armas a su comandante, que se encargó de esconderlas.

Fue una información anónima el pasado septiembre la que alertó a sus superiores. La policía de Arrás encontró entonces el escondite, un almacén prefabricado dentro de las instalaciones del centro de artificieros de la ciudad. El comandante procesado era el responsable del centro, por lo que pudo mantener el escondite sin levantar sospechas. Dentro de ese almacén prefabricado se había instalado una cámara de seguridad para no ser descubiertos, que apareció destruida. Los dos agentes, sin embargo, fueron captados por otra cámara que desconocían.

Tras una investigación de la policía judicial de Lille y de la Inspección General de la Policía Nacional, uno de los agentes ha sido reenviado al tribunal correccional, mientras que el oficial se ha declarado culpable, ha sido expedientado y se ha pedido su expulsión del cuerpo.

No está claro, por el momento, el uso que pretendían hacer del armamento. Ambos agentes han declarado que son coleccionistas y «apasionados de las armas», y que no pensaban traficar con ellas, un argumento que, según 'Le Point', parece convencer por el momento a la justicia. De hecho, la investigación se ha abierto por desvío de materiales precintados y no por tráfico.