La orden es mantener la calma y decir que es un asunto del pasado, pero la procesión va por dentro. El PP teme encontrarse el 14 de febrero, a resultas de la confesión de Luis Bárcenas, con una abultada factura electoral y con que Vox ... consume en Cataluña el temido 'sorpasso'. Si se produce, el liderazgo de Pablo Casado se resentiría y su proyecto de reunificación de la derecha quedaría muy tocado.
Publicidad
Los sondeos publicados hasta la fecha muestran una trayectoria ascendente del partido de Santiago Abascal y un estancamiento del PP. Un panorama que puede trastocarse con las revelaciones del extesorero popular, que tansformarían la meseta de sus expectativas de voto en una curva descendente. Los dirigentes del PP niegan que este intercambio pueda producirse, pero también reconocen que el impacto en las urnas de la irrupción de Bárcenas en la campaña electoral es imprevisible.
Casado se ha implicado a fondo en las elecciones catalanas, su presencia es permanente. En los últimos días ha estado en Badalona, Girona y Lleida, y mañana presidirá una cumbre con los barones autonómicos de su partido en apoyo a su candidato, Alejandro Fernández. No solo está en juego el resultado, el líder del PP pone a prueba su liderazgo tras el revés electoral de julio pasado en el País Vasco, que no pudo compensar con el éxito en Galicia, donde jugó un papel secundario a la sombra de Alberto Núñez Fejóo. Un nuevo fiasco en Cataluña sería de complicada digestión.
Antes de producirse el tirón de manta del extesorero, las encuestas señalaba que el PP era el partido que menos rentabilizaba la sangría de votos de Ciudadanos, cuyos principales beneficiarios eran el PSC y Vox. Las acusaciones de Bárcenas solo pueden empeorar la situación, aunque en la dirección del PP apuntan a que el efecto será mínimo.
Los populares tuvieron claro desde el primer momento que el partido de Abascal era su rival directo y diseñaron una campaña para poner en valor su capacidad de gestión, un activo que Vox no puede acreditar por su nula experiencia en la administración pública.
Publicidad
Dieron protagonismo, además, a sus dirigentes con perfil más beligerante para contrarrestar el discurso de la ultraderecha. Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo se han prodigado en la campaña. La presidenta madrileña, que ya ha estado cinco veces en Cataluña, regaló los oídos de los sectores más afectados por las restricciones de la pandemia al considerar «un delito, con el clima que tenéis, tener todo cerrado». La exportavoz en el Congreso recordó este viernes «con gratitud la higiénica actuación de la policía (en el referéndum) el 1 de octubre, el formidable discurso del Rey y el ingreso de la cúpula golpista en la cárcel», los tres hitos, para los independentistas, de la represión española.
Noticia Relacionada
Un cuidado diseño que corre el riesgo de venirse abajo con la entrada en escena de Bárcenas, y con él, la losa de la corrupción de la que Casado no logra desembarazarse. El último sondeo del CIS, realizado antes la confesión, ya otorga a la extrema derecha una intención de voto del 6,9 frente al 5,8% de los populares. Unas cifras que también se reflejan en otras encuestas privadas.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.