Podemos condiciona los Presupuestos de 2022 a la regulación de los alquileres

Se trata de la segunda vez que Díaz reunía a los parlamentarios de Unidas Podemos en el Congreso para marcarles directrices. La primera se produjo el 13 de mayo, nueve días después de que Pablo Iglesias anunciara su abandono de la política y designara a la minsitra de Trabajo como líder de facto de la coalición Unidas Podemos (en la que confluyen el propio Podemos, IU,En Comú Podem y Galicia En Común).A la vicepresidenta, que aún evita pronunciarse sobre si será la candidata de los morados a las próximas generales, le acompañaban también las titulares de Igualdad y Derechos Sociales, Irene Montero y Ione Belarra, y el secretario de Estado Nacho Álvarez, que volverá a encaberzar las negociaciones de los Presupuestos frente a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que lo hará por la parte socialista.

Díaz defendió lo que denominó como «el gran 'New Deal' de nuestra época», en alusión al programa que desarrolló el presidente estadounidense Franklin D. Rooselvet entre 1933 y 1938 con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población. Eso sí, le añadió las etiquetas «verde» y «feminista». Una estrategia que marcará como línea roja en la relación con sus socios del PSOE «la redistribución de la riqueza» a través de los impuestos. «Los que más tienen, más tienen que aportar a las arcas públicas», zanjó.

El reto ahora es, desgranó Díaz, intentar «acabar con las recetas caducas de la austeridad». De hecho y en un claro mensaje al líder del PP, Pablo Casado, censuró que «hay quien aún acude a Europa a exigir recortes para su pueblo».

Todas estas señales indican que la coalición se encamina a una nueva serie de discrepancias por la negociación de las cuentas públicas.En Unidas Podemos también han comenzado a rearmarse de cara a las próximas generales y son conscientes de que la relación con los socialistas pasará de ser socios a rivales electorales. Los dos siguientes años de legislatura, si no se adelantan las elecciones, servirán para que cada partido marque su sello propio y los morados, como parte minoritaria, no quieren desaprovechar la oportundad.

La vivienda será uno de los principales puntos de conflicto, un asunto no resuelto que Belarra y José Luis Ábalos llevaban negociando desde diciembre de 2020, hasta que el socialista fue uno de los ministros sustituidos en la última remodelación de Gobierno puesta en marcha por Pedro Sánchez. En el PSOE son partidarios de incentivar fiscalmente a los arrendadores, algo a lo que se oponen desde Podemos. La nueva titular de Transportes y Movilidad Urbana, Raquel Sánchez, ya se mostró tras su nombramiento dispuesta a «garantizar que las personas pueden tener el acceso a una vivienda digna asequible». Aunque esto no deja de ser, por ahora, una declaración de intenciones.

El encuentro de este martes se produjo con las dudas de si Podemos reformará también las carteras con las que cuenta en el Consejo de Ministros (Trabajo, Derechos Sociales, Igualdad,Consumo y Universidades). Un extremo que dejó abierto la propia Díaz, pero que este martes descartó el titular de Consumo y coordinador de Izquierda Unida, Alberto Garzón. «No contemplamos cambios, ya hicimos uno de la mayor magnitud posible», señaló este martes en referencia a la salida de Iglesias del Ejecutivo en marzo.