Mercedes gallego
Viernes, 23 de julio 2021, 09:16
Los buenos deseos del presidente del Gobierno Pedro Sánchez de convertir al Instituto Cervantes de Los Angeles en la casa común del español para toda América latina se toparon ayer con la complejidad de la familia hispana. En entrevista con la cadena «CNN en español», ... ocurrida dentro del marco de su visita a California, el presidente antagonizó al exilio cubano al pedir ayuda humanitaria para la isla que acaba de registrar protestas históricas al grito de «¡abajo la dictadura!».
Publicidad
Una palabra que ni Sánchez se atreve a pronunciar, por el cisma que supondría con el gobierno de Miguel Díaz-Canel. Las históricas protestas del 11-J han dejado entre 150 y 500 detenidos, según la fuente, lo que ha hecho pensar al exilio cubano que se acerca el fin de un régimen que el propio presidente español admite «no es una democracia». Por eso los cubanoamericanos han pedido al gobierno de Joe Biden que le apriete las tuercas a Cuba si quiere tener alguna posibilidad de recuperar el voto de Florida, clave para ganar la Casa Blanca. Eso se tradujo ayer en una batería de sanciones contra el ministro de defensa, Álvaro López Miera, y el jefe de la unidad de fuerzas especiales conocida como boinas negras, a los que acusa de la violenta represión de las protestas.
Preguntado al respecto al final de la entrevista que le hizo CNN en español, Sánchez no se atrevió a criticar las sanciones «por tratarse de una cuestión interna de política estadounidense», pero aclaró que «son muchos los factores y aspectos que están detrás de las movilizaciones que estamos viendo en Cuba». No era tanto que quisiera matizar la situación, sino de que trata de caminar por una delgada línea que no enoje a Washington. El presidente español ha tratado de posicionarse como posible interlocutor para influir en Cuba, pero al pedir en la televisión estadounidense que sean los cubanos los que resuelvan «ellos solos, sin injerencias de nadie» su búsqueda democrática, estaba rechazando tácitamente las medidas de la Casa Blanca.
Y es que Biden y Sánchez tienen intereses muy distintos en la isla en la que operan unas 300 empresas españolas. Solo la cadena Meliá tiene 36 hoteles, seguida de Ibero estar, con 15. Todos ellos sufren el parón del turismo que ha traído la pandemia y que el mandatario español culpa también de las protestas. «Cuba está sufriendo consecuencias terribles por la caída sin parangón del turismo internacional», recordó el presidente español, sensible a la situación de la covid-19 en la isla, donde ayer registró un nuevo pico con 7.150 nuevos casos diarios. A todo eso le sumó directamente las consecuencias del embargo, agravado por el gobierno de Trump que impuso 243 nuevas medidas en plena pandemia.
Los mismos argumentos que esgrimen el gobierno de La Habana para explicar al pueblo la situación que le ha hecho volver al periodo especial que vivieron al perder el apoyo de la Unión Soviética. Los cubanos de Miami lo oían así y acabaron por desestimarle como otro socialista cuando le escucharon pedir «la solidaridad de la comunidad internacional hacia Cuba».
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Los Reyes, en el estand de Cantabria en Fitur
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.