La reunión entre Pablo Casado y los barones territoriales se convirtió en el último episodio de la agónica crisis interna del PP. Tras más de cuatro horas encerrados en Génova, todas las partes acordaron que Casado seguirá al frente del partido hasta el congreso extraordinario ... de los días 2 y 3 de abril, un cónclave al que no se presentará. El líder de los populares asumió ayer que su tiempo ha finalizado y que comienza el de Alberto Núñez Feijóo, al que todos los barones, sin excepción, respaldan para asumir las riendas del partido. Y al que, según fuentes del PP, Casado pidió también que diese un paso al frente.
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El líder de los populares creyó hasta el final que podría remontar, como ya lo hizo en el congreso en el que contra pronóstico salió elegido presidente del PP tras enfrentarse con María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Pero fue imposible. Acorralado, no le quedó otra que plegar velas y centrarse en cerrar una salida «digna». Con esa intención, el todavía presidente del PP convocó a última hora de la tarde en Génova a los líderes territoriales.
Su voluntad pasaba por aguantar en el cargo, al menos, hasta el martes, cuando se reúne la junta directiva nacional que convocará un congreso extraordinario en el menor tiempo posible. Quería poder despedirse del partido con un discurso ante los dirigentes del PP con los que ha trabajado casi cuatro años. Así se lo expuso a los barones y a Feijóo, con quien se vio a solas primero durante una hora y media para definir la hoja de ruta a seguir en las próximas semanas. Y lo consiguió. «Hemos salvado al PP del escarnio que está sufriendo. Es una solución sensata y equilibrada», aseguró el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Los líderes territoriales y Casado acordaron por unanimidad tras la cumbre en Génova, que terminó pasadas la una y media de la madrugada, que la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, asuma el cargo de coordinadora general del partido hasta el congreso, y que Esteban González Pons se convierta en presidente del comité organizador del cónclave. Seguirá siendo presidente, pero maniatado y tutelado.
Entre los dirigentes autonómicos había unanimidad en que Casado debía dar un paso al lado pero no conseguían ponerse de acuerdo sobre cuándo debía formalizarse. Hay quienes defendían que debía ser en estas horas de convulsión. «Creo que va a ser mejor para todos que ese paso se produzca hoy y no mañana», dijo la cántabra, María José Sáenz de Buruaga. Otros barones, sin embargo, creían que debía hacerlo en la junta del martes o, incluso, hasta el congreso extraordinario. «Se merece reconocimiento, compresión y cariño», aseveró Moreno.
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En lo que todos los líderes territoriales coincidieron también es que a partir de ahora Feijóo es el referente en el PP. Algunos le habían pedido ya al presidente gallego que dé el paso para liderar el partido y anoche fue un clamor a las puertas de Génova. «Si hay algo en lo que coincidimos cargos públicos y los afiliados es que Feijóo es un referente para todos», remarcó el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, adjetivo que repetía el líder del PP en Castilla-La Mancha, Paco Núñez.
Crisis del PP:
XABIER GARMENDIA
Los halagos al gallego no cesaron a las puertas de la madrileña sede de la calle Génova. Es la «solución», le identificó el hasta ahora 'casadista' Fernando López Miras, al frente de Murcia. Carlos Mazón, a quien Casado aupó como líder del PP valenciano, se sumó también a la 'vía Feijóo'. «Hoy es el día de abrir una nueva etapa», aseveró.
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Al término del encuentro, el líder gallego rechazó confirmar si se presentará hasta que no se convoque el congreso, aunque todo el proceso conduce a que él sea el sucesor de Casado. «El que tiene que decidir si se presenta soy yo», dijo a su salida.
De los 17 presidentes territoriales presentes, Casado contó solo con el apoyo de la navarra Ana Beltrán, que se ha mantenido fiel hasta el final a su líder. «Habrá tenido errores, pero creo que ha actuado siempre desde la honradez y pensando que era lo mejor para el partido, otra cosa es que haya gente que no lo ha entendido así», defendió la también vicesecretaria de Organización por la mañana.
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La jornada de ayer fue especialmente amarga para el todavía líder de los populares. Antes de enfrentarse a los barones, Casado se despidió en el Congreso como jefe de la oposición. Estuvo apenas siete minutos. Leyó un discurso de despedida que pretendía ser también una declaración de principios, escuchó la respuesta de Pedro Sánchez y, nada más acabar, sin esperar a su turno de replica, se levantó y enfiló la salida, quizá para no volver.
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