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gregorio mármol
Viernes, 16 de abril 2021, 12:54
El astillero de Navantia en Cartagena inició esta semana la cuenta atrás para la puesta a flote del primer submarino oceánico convencional de diseño íntegramente español: el 'Isaac Peral', que encabeza la serie S-80 con cuatro unidades para la Armada Española. Los trabajadores de ... la industria naval iniciaron la retirada de los andamios en el prototipo, totalmente pintado de negro ya y preparado en la nave de armamento de la factoría antes de que el próximo fin de semana vea la luz junto a los muelles. El jueves de la próxima semana tendrá lugar en tierra firme la ceremonia de amadrinamiento con la presencia del Rey Felipe VI y, muy probablemente, varios miembros del Gobierno. Los responsables del astillero indicaron que el nombre de la madrina será desvelado a partir de este viernes.
Por razones operativas, la puesta a flote ha sido separada de esa ceremonia protocolaria y tendrá lugar la siguiente semana, según detalló el director del astillero y del Programa S-80, Agustín Álvarez Blanco. El 'Isaac Peral' quedará amarrado posteriormente al muelle de la factoría para iniciar unas pruebas de puerto que se prolongarán hasta diciembre. En enero de 2022 hará su primera navegación en la fase de pruebas de mar, la última antes de la entrega a la Armada y su puesta en servicio a principios de 2023.
El submarino S-80 Plus, nombre que adquirió tras su rediseño por el problema de pesos detectado en 2012, es el resultado de un programa estratégico de la industria naval española puesto en marcha hace tres décadas por el Gobierno para dotar a la Armada de submarinos convencionales de última generación que sustituyeran a los S-60 y S-70 de diseño francés. La orden de ejecución fue firmada en marzo de 2004, siendo ministro de Defensa el cartagenero Federico Trillo.
El barco tiene una eslora de 81 metros, un casco resistente de 7,3 metros de diámetro, desplaza 2.965 toneladas en inmersión y su cota máxima operativa es superior a los 300 metros. Su sistema de armas incluye seis tubos lanzatorpedos y capacidad para embarcar también misiles y minas. Como novedad dentro de su segmento, tendrá capacidad para atacar objetivos terrestres.
El salto de calidad respecto a otros submarinos de propulsión no nuclear que hay en el mercado es el sistema AIP de generación de aire, que permitirá al submarino estar hasta tres semanas en inmersión profunda. Pero este avance está aún en fase de desarrollo industrial y será equipado de serie en el S-83 y el S-84. Al 'Isaac Peral' y al 'Narciso Monturiol' (S-82) se lo instalarán cuando pasen sus primeras grandes revisiones en el astillero. El barco también destaca por un alto componente tecnológico que permitirá navegarlo con una treintena de oficiales, suboficiales y marineros, casi la mitad de dotación que los S-70 que quedan en servicio, que son más pequeños.
«Con el 'Isaac Peral' Navantia entra en un reducido club de diez países capaces de diseñar y fabricar submarinos», destacó Agustín Álvarez. «Es un momento de gran carga emocional para la gente del astillero. Los trabajadores se están dejando la piel y eso se nota mucho», añadió, muy satisfecho con el resultado conseguido.
La complejidad del proyecto ha sido máxima debido a la falta de experiencia tras décadas trabajando con diseños de submarinos norteamericanos y franceses. Las dificultades ya superadas no solo han implicado un retraso en las fechas del programa, sino también un encarecimiento hasta los 3.900 millones de euros, casi el doble de lo previsto. A partir de ahora, Navantia Cartagena producirá cada dos años un submarino hasta completar la serie de cuatro a finales de esta década. E intentará vender el producto a otros países.
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