O. Hernández | A. de las heras
Bilbao
Miércoles, 26 de septiembre 2018, 13:01
Una jueza de violencia de género de Bilbao desestimó la orden de alejamiento solicitada por Maguette Mbeugou, asesinada presuntamente por su marido, tras denunciarle por violencia de género el pasado mes de diciembre ante la Policía Municipal de Bilbao, según han confirmado a este ... periódico fuentes oficiales. La magistrada entendió que no se cumplía el perfil de riesgo después de que la víctima, una joven senegalesa de 25 años y con dos hijas, de 2 y 4 años del denunciado, asegurara que se iba a cambiar de domicilio para alejarse de su esposo. En este caso, la Fiscalía tampoco apoyó la medida de protección, según indicaron las mismas fuentes.
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Posteriormente, ya en enero de 2018, se celebró un juicio tras el cual, el acusado, B. N., de 38 años y también de origen senegalés, quedó absuelto del delito de amenazas, según ha podido saber este periódico.
Maguette Mbeugou se convirtió ayer en la víctima número 37 de la violencia contra las mujeres este año. Su marido fue detenido por la Ertzaintza como presunto homicida por la tarde, horas después de hallar el cadáver, en el piso de un amigo donde se había refugiado tras el crimen, en la localidad guipuzcoana de Mutriku.
B.N. llevaba en Bilbao desde 2008. Maguette le siguió los pasos hace unos tres años. Ambos trabajaban en el servicio de limpieza del polideportivo municipal del barrio bilbaíno de Txurdinaga, donde los usuarios conocían al presunto agresor por su carácter risueño. «Saludaba a todo el mundo, se pasaba de amable, se notaba que quería caer bien», explicaba ayer uno de los abonados de Bilbao Kirolak. Hace año y medio aproximadamente que se le había acabado el contrato, pero este verano volvieron a llamarle. La semana pasada, estaba aún trabajando, según algunos usuarios.
«Nunca hubiera pensado que podría llegar a asesinar, no parece una persona violenta», confiesa un residente. «Servicial, amable», son otros de los apelativos que le dedican quienes coincidían habitualmente con él en el barrio.
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La mayoría de los vecinos sólo conocían a la pareja «de hola y adiós» y ni siquiera sabían sus nombres de pila ni su procedencia. Hace un tiempo «tuvieron un problema de agua porque se les rompió la lavadora, pero eso le puede pasar a cualquiera», recordaba la dueña del piso inmediatamente superior al suyo cuando bajaba a pasear al perro. Según les habían comentado, tenían intención de dejar el piso próximamente, aunque no les habían explicado el motivo.
Algunos vecinos aseguran que las niñas le adoraban y que él se encargaba a menudo de llevarlas y recogerlas del colegio. Maguette tenía un carácter más retraído. Probablemente, sufría en silencio y su evidente timidez le impedía abrirse y contar sus penas. Uno de sus hermanos viajaba ayer desde París para despedirla. Amigos y compatriotas de la pareja, que se abrazaban sin consuelo, no daban crédito a lo sucedido.
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