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Nueva tragedia frente a las costas de las Islas Canarias, después de que a finales de septiembre se produjese el naufragio más grande de los últimos treinta años. Al menos 50 personas han fallecido en un cayuco que partió de Mauritania con destino Canarias, según ha informado Caminando Fronteras. La portavoz y fundadora de la organización ha apuntado que la mayoría de los fallecidos son de origen paquistaní y «pasaron 13 días de angustiosa travesía sin rescate», puesto que partieron el pasado 2 de enero.
Según ha expuesta la portavoz de Caminando Fronteras, en la embarcación viajaban 86 personas, de las que 44 eran de origen paquistaní -una nacionalidad que cada vez más está optando por esta ruta migratoria. Desde Salvamento Marítimo señalan que el Centro de Coordinación de Las Palmas fue el encargado de dar el aviso de que había un cayuco a la deriva a las autoridades marroquíes, quienes acudieron al rescate de la patera seis días después de haber recibido la información. También desde esta organización, aseguran que no es la primera vez que el país africano tarda o, incluso, «no acude» al socorro de migrantes.
«Cuando hay rescates por parte de Marruecos es imposible hacer un seguimiento de los casos», explican. «Puede ser que lleguen días más tarde o que, directamente, no acudan a pesar de que hayan dicho que se iban a hacer cargo», añaden.
En un mensaje en X, el presidente de Canarias ha mostrado su pesar por la tragedia y ha denunciado que «no se puede ser solo testigos» de la situación migratoria actual. Por este motivo, ha instado al Gobierno central y la Unión Europa (UE) a actuar y «no» seguir «de espaldas a este drama humanitario» porque el Atlántico, ha puntualizado, «no puede seguir siendo el cementerio» de África. Unas palabras que se unen a las expresadas por el consejero de Transición Ecológica de la comunidad, Mariano Hernández Zapata, que ha indicado que «hay un gravísimo problema en Canarias con la inmigración, donde día si y día también conocemos nuevos fallecidos». «Tenemos que ponernos manos a la obra y tomar decisiones», ha añadido.
La embarcación había partido con, al menos, 86 personas a bordo desde Mauritania, de las cuales dos eran mujeres y una adolescente. Los ocupantes del cayuco eran en su mayor parte asiáticos, algo que confirma lo expresado por las autoridades policiales españolas, que señalan que han constatado que cada vez hay más emigrantes procedentes de Pakistán, Afganistán, Siria y Bangladés que se juegan la vida en la ruta hacia Canarias, casi siempre en pateras que zarpan desde Mauritania.
El asunto ahora está bajo investigación para tratar de esclarecer lo sucedido durante el rescate. «No se sabe, y seguramente va a ser muy difícil de saber, si cuando llegaron las autoridades marroquíes ya había fallecidos o si la embarcación volcó en algún momento durante el rescate», explican fuentes de Salvamento Marítimo, al tiempo que señalan que todavía no pueden confirmar que la embarcación de la que alertó el Centro de Coordinación de Las Palmas fuese la misma del naufragio hasta que lo haga Marruecos.
Un drama que confirma las cifras de muertes en el mar registradas en rutas migratorias durante el pasado año. Según Caminando Fronteras, fueron 9.757 las personas que murieron en pateras o cayucos tratando de llegar a Canarias, lo cual supone un media de 30 muertes diarias de media, convirtiendo, así, a la ruta Mauritania-Islas Canarias en la más mortífera del mundo, tras haberse llevado un 63% más de vidas respecto al 2023.
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